Desde que comenzó su mandato, el Gobierno local ha evitado poner fecha a la licitación de la gestión de la planta de residuos de Nostián, el más cuantioso del Ayuntamiento, que comprende además la reforma de las instalaciones. La concesión caducó hace más de un año, el Concello intervino la planta durante ocho meses y Albada cumple una prórroga forzosa en la gestión desde noviembre pasado. Los trabajadores han reclamado conocer los pliegos que el área municipal de Medio Ambiente lleva muchos meses redactando, pero las condiciones técnicas y administrativas del contrato no estarán en fase de exposición pública hasta dentro de trece o catorce meses, según informó esta semana la concejal Esther Fontán al comité de empresa de Nostián. Con esta previsión, en el mejor de los casos la entrada en vigor del nuevo contrato no se produciría hasta el final del mandato de Inés Rey, en la primera mitad de 2023.

¿Por qué hay que esperar más de un año hasta que estén terminados los pliegos, un procedimiento heredado del Gobierno anterior? Porque en estos trece o catorce meses que estima Medio Ambiente el Concello licitará un informe que encargará a una empresa de ingeniería para adaptar las condiciones del contrato a tres cambios normativos, de la Xunta, el Ministerio de Transición Ecológica y la Unión Europea, relacionados con los depósitos de residuos y los ciclos de reciclaje, entre otros aspectos técnicos.

Según trasladó Fontán a los trabajadores, el plazo de elaboración de este informe es de cinco meses, a los que sucederá otro periodo para su evaluación y confirmación antes de que los pliegos se expongan de forma pública, que suele ser por un mes. Habrá a continuación una fase de alegaciones previa a la licitación, que, por la relevancia del contrato, duraría medio año. El calendario situaría la adjudicación en los primeros meses de 2023, los últimos del mandato socialista, siempre que no se planteen recursos durante el proceso.

Fuentes municipales confirman que es “imposible” licitar en 2021. Añaden que los cambios legislativos han ralentizado las etapas previstas, condicionadas además por la pandemia del COVID, que frenó el proceso durante el año pasado. El Gobierno local recibió los pliegos de Marea a mediados de 2019 “en una fase inicial”, según aseguró entonces la alcaldesa, Inés Rey. La anterior edil de Medio Ambiente, María García, rechazó esta valoración y dijo que el trabajo hecho por su área estaba “muy avanzado”.

Ante estos retrasos, el comité de empresa ha reclamado al Concello que asuma de forma directa la gestión de la planta de Nostián, dado que denuncia que Albada no pretende hacerse cargo de las mejoras que necesitan las instalaciones. Medio Ambiente no les ha dado respuesta, que emplaza a una próxima reunión dentro de un mes. “Las deficiencias fueron denunciadas numerosas veces por el comité y por la CIG, porque además constituyen un engaño a la ciudadanía, que paga por un reciclaje que Albada nunca cumplió”, denuncia el sindicato.