La música regresa al escenario en el teatro Colón. Con muchas ganas y con la cercanía de los abrazos, a los que rendirá hoy homenaje la cantante coruñesa Silvia Penide. Está ansiosa por volver a dar un concierto, tanto como el público que añora la música en vivo. Esta tarde a las 19.00 horas presentará su último trabajo, el Ep Los días de plomo, y repasará parte de su carrera junto a su banda: Bruno Couceiro (batería), Carla López (teclados y coros) y Paul Álvarez (guitarra), quienes llevan más de un año sin tocar juntos. Pidió en las últimas semanas que le enviaran abrazos grabados en vídeo, ese gesto al que la pandemia, con sus restricciones, ha dado aún más valor del que tiene. Se guarda una sorpresa para quienes le han respondido.

¿Quién tiene más ganas de que haya música en vivo, los músicos o el público?

Creo que todo el mundo está con las mismas ganas. Tenemos cubierto el cupo de ganas. Se nota que el público está deseando ir a conciertos. Estoy recibiendo un montón de mensajes de gente que va a ir, mensajes muy bonitos, como que alguien va a llevar por primera vez a su hijo a un concierto. Y nosotros, los músicos, estamos que… vamos. Es que para nosotros la música es más que una profesión, es una necesidad vital, algo con lo que conseguimos sacar una energía hacia fuera que de otra forma es imposible.

¿El del teatro Colón será un concierto más especial que otros especiales que haya dado?

Ya es especial de por sí cualquier concierto después del confinamiento. Todos fueron la primera vez que en que ves al público con mascarilla, la primera vez que tocas en un instituto para adolescentes, la primera vez que te ves en el camerino teniendo que guardar las distancias y no sabes bien cómo hacer… Y esta será la primera vez que tocaremos en un teatro. Son especiales porque antes podías llegar a tocar varias veces al mes y ahora tocas más espaciado en el tiempo.

¿Se va a ver y a escuchar a la misma Silvia Penide de siempre o a una Silvia a la que la pandemia ha cambiado de alguna manera?

Ya soy distinta, no soy la misma que antes de marzo de 2020. En los conciertos que he podido ir haciendo desde entonces, y por ello me siento privilegiada, ya he ido viendo que no soy la misma. Ahora tengo una relación con el público mucho más intensa y eso traspasa: las canciones dejan un poso distinto, porque algunas fueron escritas durante un confinamiento, algo que nunca pensamos que íbamos a vivir y experimentar. Eso se nota, sí que se nota.

Al anunciar este concierto hace un mes, pidió a la gente que le enviase vídeos con abrazos. ¿Qué ha conseguido con esta campaña?

Quería rendir un homenaje al abrazo y hemos recibido un montón de abrazos preciosos, con convivientes, con animales de compañía, una planta o cualquier cosa graciosa en el caso de quienes viven solos. Todos los días recibo videos y cuando dejen de enviarlos voy a echarlo de menos. Vamos a dar una sorpresa relacionada con esta iniciativa, un guiño especial que no voy a desvelar. Más adelante haremos un videoclip con todas las imágenes de abrazos para la canción del último disco en la que ha participado Víctor Manuel, El efecto boomerang.

¿Qué le escucharemos cantar en esta reaparición en un teatro?

Nos centraremos en el Ep Los días de plomo y en el disco anterior, El efecto boomerang, que lo terminamos en 2019 pero no pudimos presentar de gira por culpa de la pandemia. Volveremos también a Todo pintado de plata y habrá algún hueco para temas de los primeros discos.

En este último año, pese a los encierros y las restricciones, la hemos escuchado y visto bastante. Parece que no podía estar sin hacer nada.

Sí. Hemos trabajado desde la oficina con ideas que la gente recibía muy bien. Hubo pequeñas actuaciones y otros conciertos se pospusieron. No me imaginaba que en 2020 iba a tocar, pero acabé hasta grabando un disco, toqué y grabé desde mi casa, hice videollamadas para dedicar canciones… cosas que antes no hacía.

Los músicos lo han pasado mal este año. A menos de un mes del fin del estado de alarma, ¿tiene la esperanza de que el sector volverá pronto a la normalidad?

Prefiero ser muy cauta, algo raro en nuestra profesión. No estamos cerrando fechas aún, nos hemos acostumbrando a tirar del freno de mano y cualquier cosa que surja la cogeremos con pinzas. Aunque se termine el estado de alarma y se pueda estar hasta más tarde fuera de casa, no quiere decir que los aforos de los locales vayan a variar o que vayan a abrir ya las salas de conciertos. Hay muchos factores. En los conciertos somos muy cuidadosos, vamos despacio. Ya he interiorizado que solo nos quitamos la mascarilla para cantar, ahora bebo mucha más agua en los conciertos que antes y ya voy comprendiendo al público detrás de las mascarillas sin ver si sonríen o cantan, fijándome en si mueven una mano porque quizá están tarareando. Leo a la gente de otra manera.

El sonido de los aplausos sigue siendo el mismo.

Una vez escuché que los aplausos suenan como la lluvia y es tal cual. Los primeros que recibimos después del confinamiento fueron maravillosos.