“Oí unos gritos y cuando abrí la puerta vi que estaban echados en el suelo unos encima de otros”, explica Benedicto Canto sobre cómo se enteró de la agresión que sufrían sus vecinos del primer piso del edificio número 12 de la ronda de Nelle el pasado lunes por la mañana. Un joven había entrado en el edificio haciéndose pasar por repartidor de paquetería y había atacado con un puñal al matrimonio cuando le abrieron la puerta de su domicilio, supuestamente como represalia por la ruptura de la relación que mantenía con su sobrina.

Pese a sus ochenta años y a que el agresor es una persona joven, además de que estaba armado con un puñal, Benedicto no lo dudó al ver que su vecino tenía una mancha de sangre en el pecho a causa de la herida que le había infligido el atacante. “Vi que tenía sangre por el pecho y me puse por detrás del que tenía el puñal y le enganché la muñeca como pude para que no pudiera clavarlo”, recuerda sobre su intervención en los hechos, en los que él mismo acabó herido en una pierna, aunque desconoce cómo sucedió, hasta el punto de que cree que pudo cortarse él mismo con el arma al girarse.

Afortunadamente, la lesión fue muy leve y tan solo requirió la colocación de una grapa y un vendaje en el hospital, del que regresó al poco tiempo. La actuación de Benedicto Canto fue providencial para que el agresor de la pareja decidiera abandonar el lugar y refugiarse en la octava planta del edificio, donde permaneció atrincherado durante casi tres horas amenazando con arrojarse al vacío por una ventana hasta que un negociador de la policía le convenció de que se entregase.

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Detenido tras apuñalar a los tíos de su novia y a un vecino en ronda de Nelle y amenazar con suicidarse Víctor Echave

Pero él no se considera un héroe y quita importancia a su gesto, que le pudo costar caro. “Mejor que que los maten… si puedes ayudar...”, comenta sobre la asistencia que prestó a las víctimas del apuñalamiento.

Según refiere, no tuvo miedo porque sospechó que la policía iba a acudir enseguida porque la estaban llamando varios vecinos. Una vez que todo terminó, recibió llamadas de toda la familia en las que reconoce que le recriminaron su arrojo: “También eres un poco atrevido”, dice que le señalaron sobre su salida en defensa de sus vecinos.

El agresor, que salió del edificio con la cabeza cubierta por una sábana, todavía no pasó a disposición judicial. Allegados a la familia agredida indican que su exnovia le abandonó a causa de los malos tratos que recibía y que él la amenazó con causarle daños a ella o a su familia. La decisión del atacante de refugiarse en el último piso tras herir a las tres personas hizo necesaria la presencia de los bomberos y de escaladores y agentes de operaciones especiales del Cuerpo Nacional de Policía, que finalmente no llegaron a intervenir.