La Junta de Gobierno Local dio luz verde ayer al acuerdo que tenía pactado con Padre Rubinos para la cesión de uno de los inmuebles que integraban su antigua sede en Labañou para abrir de nuevo un centro de acogida de baja de exigencia, un tipo de instalación que no existe de manera específica en la ciudad desde el cierre en 2018 del que operaba como tal en Orillamar. La duración del préstamo de las instalaciones será de 25 años “improrrogables” y el Ayuntamiento asumirá la reforma de más de 1.400 metros cuadrados, distribuidos en cuatro alturas, para los que destina, en un principio para la planta baja, una partida de en torno a 700.000 euros, de los que 523.000 corresponden a fondos europeos. Las obras deben estar finalizadas antes del 31 de diciembre de 2022.

La actuación del Concello en el inmueble puede no quedarse ahí, ya que en el mismo documento se compromete también “a acometer las obras de acondicionamiento del resto de las plantas y espacios objeto de cesión, que se ejecutarán, con los mismos requerimientos de información y tramitación previstos para la planta baja, en función de las disponibilidades presupuestarias, con el límite máximo de diez años a partir de la firma”, según viene recogido en el acuerdo firmado.

El convenio obliga al Concello a destinar el centro a tal cometido y a consultar cualquier uso diferente al original que le quiera otorgar e imposibilita que sea gestionado por el propio Padre Rubinos. Se creará una comisión de seguimiento con dos integrantes de cada una de las partes con la presidencia para Alcaldía y la secretaría para la asociación que cede la instalación.

El centro de baja exigencia está destinado a “personas sin hogar de máxima vulnerabilidad” que presentan “un elevado desarraigo social y familiar, una larga trayectoria de pernoctas en la vía pública o de situaciones de calle”, según el documento. La pretensión del Ayuntamiento es que el centro funcione “todos los días del año” en horario de 22.00 a 08.00 para la estancia nocturna y de 09.00 a 20.00 en servicio diurno. Unos horarios que coinciden con los que ya ofrecía el Abeiro antes de ser clausurado por incumplir la normativa. Se prestará a todos los usuarios “servicio de alojamiento diurno y nocturno, de acogida, información, orientación y asesoramiento, de promoción e inserción social y acompañamiento, de ocio y café, de consigna, de estancia y de limpieza”.