La alcaldesa, Inés Rey, y el presidente de la institución benéfica Padre Rubinos, Eduardo Aceña, firmaron ayer el convenio de la cesión gratuita del uso de la antigua sede de la entidad, situada en Labañou, con el fin de poner en marcha un centro de acogida de baja exigencia. El recurso nace tras el cierre del centro Abeiro en 2018. El centro, aseguró Rey, suplirá “las carencias” del anterior y contribuirá “a la cohesión social” de los colectivos más vulnerables. Aceña, por su parte, calificó de “gran éxito” la firma del convenio, que extenderá su vigencia durante 25 años.

El centro prestará servicio de alojamiento, acogida, información, orientación y asesoramiento, de promoción e inserción social y acompañamiento, consigna, estancia y limpieza. El Concello asumirá la reforma de más de 1.400 metros cuadrados, distribuidos en cuatro alturas, para los que destina para la planta baja una partida de en torno a 700.000 euros, de los que 523.000 son fondos europeos. Las obras deberán estar finalizadas antes del 31 de diciembre de 2022.