Manolo Cernadas se enfundó ayer por última vez el uniforme de la Policía Local que viste, con orgullo, desde hace 36 años. En el día previo a su jubilación hizo lo mismo que en las miles de jornadas anteriores de servicio, que no es otra cosa que estar a disposición de la ciudadanía. “Ser policía local ha sido un honor, y más en una ciudad como A Coruña”, reconoce.

De sus casi cuatro décadas de uniforme, 24 años los ha pasado como policía del mercado en las plazas de Lugo y San Agustín. Allí, donde es “Manolo el del mercado” para placeras y clientes, vela por la seguridad de la superficie, el correcto funcionamiento del tráfico de mercancías y el desarrollo de la circulación. Su ausencia, a partir de ahora, se hará notar. “La gente del mercado es excepcional, es gente trabajadora que se lo curra mucho día a día, sin vacaciones y sin descanso”, reconoce. En su último día en el cuerpo se acuerda de las amistades que la Policía Local le ha brindado tras toda una vida de servicio, y también de los compañeros fallecidos, pero sobre todo de la parte de su labor diaria que le hacía estar orgulloso de vestir el azul cada mañana.

“La policía local es la parte más cercana al ciudadano. Estás allí para solucionarle la papeleta a la gente. Haces un poco de puente con el ayuntamiento, informas, aportas soluciones. Es mucho más que ponerse el uniforme y cobrar a fin de mes”, asegura.