La vacunación de personas mayores está reviviendo en estos días una escena que era habitual en las discotecas para adolescentes, aunque con los papeles cambiados. En los locales de ocio, los padres esperaban a las puertas a que terminase la sesión para llevarse a sus hijos a casa y conversaban sobre lo divino y lo humano para pasar el tiempo. Ahora, tanto en Expocoruña como en el Hospital Universitario son los hijos quienes lo hacen a la espera de que sus padres reciban la dosis inmunizadora.