La titular del Juzgado de Primera Instancia número 1 ha condenado a un criador que vendió a una familia de A Coruña un animal enfermo a pagar los 660 euros derivados de los tratamientos que el animal necesita para curarse. La compradora solo demandó estos gastos, toda que, al haberse hecho con el perro durante la pandemia y el estado de alarma, se ha integrado en la familia y no quiere devolverlo sino que el criador, que envió el animal enfermo, se haga cargo de los 660 euros necesarios para operar al animal, que padece una hernia y también ausencia del descenso testicular. La magistrada entiende que el criador sabía que el cachorro que enviaba a A Coruña no se encontraba en buen estado.