Se ha cumplido un año desde las primeras salidas a la calle tras el confinamiento. Muchos se engancharon entonces al deporte en la calle, correr por el paseo marítimo o hacer ejercicios. Además de las máquinas biosaludables, que suele utilizar la gente mayor, hay también estaciones de calistenia, como la ubicada en la playa de Oza. Hasta este punto se acercan muchos deportistas para seguir con su entrenamiento, pero estos días se han encontrado con un obstáculo añadido. El viento desplaza la arena hasta esta zona, donde se genera una pequeña duna. Los usuarios tienen que excavar antes de ejercitarse. Trabajo extra.