El proyecto para la transformación de la antigua prisión provincial coruñesa en un polo de creación y gestión audiovisual, adelantado ayer por LA OPINIÓN, prevé financiarse a través de fondos públicos y privados, de acuerdo con la propuesta elaborada para el Concello por la consultora a la que se encargó el diseño de un proyecto cultural para el edificio. Esos recursos procederían por una parte de los fondos europeos Next Generation, destinados a la reconstrucción económica tras la crisis causada por la pandemia, y del plan España, Hub Audiovisual de Europa, que pretende potenciar el papel del país en este sector empresarial.

En cuanto al sector privado, el documento defiende la participación en esta iniciativa de las empresas integradas en el Clúster Audiovisual Galego, así como de las principales productoras del sector en España y de las plataformas online.

El estado ruinoso de la vieja cárcel, que hace precisa una inversión de 30 millones de euros según el Concello para hacer posible su utilización, así como los medios necesarios para impulsar el proyecto audiovisual requieren de unos recursos que la administración municipal no podría proporcionar con sus presupuestos, por lo que la propuesta defiende combinar las dos fuentes de financiación. El documento fue elaborado durante el periodo en que la dirección del departamento municipal de Cultura estuvo ocupada por Rómulo Sanjurjo, quien abandonó ya esa responsabilidad a petición propia.

La vía de financiación a través de los fondos Next Generation abriría al Concello la puerta a unos recursos que suman 72.000 millones de euros para España, aunque la inclusión del proyecto de la cárcel entre los que serán subvencionados requiere primero que el Gobierno central lo incluya en su relación de propuestas, bautizada como España puede, para que después la Unión Europea tome la decisión definitiva.

En cuanto al plan audiovisual del Gobierno central, está concebido como uno de los ejes del programa España Digital 2025, cuyo objetivo es hacer del país el principal polo audiovisual de Europa. Para ello se plantea la potenciación de la producción de las empresas nacionales para que sean más competitivas y la captación de inversiones extranjeras. Esta iniciativa abarca todas las actividades desarrolladas por el sector y todos los formatos en los que opera, como el cine, las series televisivas, los cortometrajes, la publicidad, los videojuegos y la animación.

La inversión prevista en el plan es de 1.603 entre este mismo año y 2025 con el fin de conseguir el incremento en un 30% de la producción audiovisual española. Esa financiación provendrá por una parte los Presupuestos Generales del Estado y por otra de la Unión Europea a través de los fondos Next Generation, los Feder y el Programa Europa Creativa.

Las medidas que se incluyen en España, Hub Audiovisual de Europa defienden que el país sea un punto de atracción para las productoras del continente, para lo que propone la reducción de los costes administrativos y regulatorios. También se marca como finalidad la mejora de la competitividad de las empresas mediante el empleo de nuevas tecnologías para acceder al mercado digital. Un último objetivo es el fomento del talento en esta especialidad artística al tiempo que se reduce en la misma la brecha de género.

La ubicación en A Coruña de algunas de las principales productoras audiovisuales gallegas hace prever a la propuesta presentada al Concello su colaboración en la puesta en marcha del polo que se pretende ubicar en la antigua prisión, además de la de las mayores empresas del sector en España, algunas de las cuales han desarrollado producciones en Galicia, al igual que varias de las plataformas de contenidos online, sobre las que el documento estima la posibilidad de que participen en el proyecto tanto como parte de su estrategia de negocio como desde el punto de vista de la responsabilidad social corporativa.

Aunque no proporciona cifras sobre estos aspectos, la propuesta considera que el polo audiovisual que se cree en la cárcel genere un volumen de negocio anual gracias a los proyectos que se impulsen en su seno, a las inversiones captadas y al incremento del turismo que produzca su actividad. En el plano social establece su repercusión a través de los empleos directos e indirectos creados, así como por las personas usuarias de las instalaciones, las proyecciones organizadas en las mismas y las colaboraciones puestas en marcha con instituciones educativas.

Aunque la actividad audiovisual será el principal uso que se dé al antiguo centro penitenciario según esta propuesta, también se reservarían espacios para la divulgación sobre la Memoria Histórica, un centro de interpretación de la Torre de Hércules y para iniciativas de los colectivos vecinales. El documento plantea que el complejo se convierta en un lugar de “residencia, trabajo, formación y orientación profesional”, cuya finalidad sería “generar y apoyar oportunidades de desarrollo del sector audiovisual en la ciudad y en su área urbana”.

Para conseguirlo propone que se creen “áreas de coworking para iniciativas invitadas y residentes” que serían las responsables de poner en marcha proyectos audiovisuales, que tendrían que combinar “los vectores creador, técnico y empresarial”. Una de las fortalezas de la ciudad apreciadas por el documento es la presencia de las escuelas Pablo Picasso y de Imaxe e Son, el Laboratorio Audiovisual de Innovación e Creación, el CGAI, y los grados universitarios de Comunicación Audiovisual y de Creación Dixital, Animación e Videoxogos y la Academia Galega do Audiovisual.