Repsol y los sindicatos alcanzaron ayer un acuerdo sobre el Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) en la refinería de A Coruña que rebaja de 212 a 112 el número de trabajadores afectados por la medida, que además tendrá una duración de cuatro meses y veinte días a partir del próximo martes, frente a los seis meses iniciales. Ninguno de los empleados regulados dejará además de trabajar por completo durante este periodo, que durante este mes y el próximo afectará a 42 personas, con distinto grado de aplicación.

En julio abarcará a 70 personas más, completando las 112 con distinto grado de aplicación. El acuerdo incluye la aplicación de un complemento que mejora las prestaciones por desempleo que se perciben por el ERTE hasta alcanzar el 85% de las percepciones brutas, así como el mantenimiento del devengo de antigüedad, las pagas extraordinarias y la retribución variable, entre otros conceptos. La empresa anunció ayer su voluntad de retirar el ERTE “de inmediato en cuanto las circunstancias lo permitan”.

La planta de coque, que en la actualidad se encuentra parada, será la unidad más afectada, ya que sus 24 empleados verán reducida un 50% su jornada durante toda la regulación, en la que dejarán de trabajar en periodos de 15 días. El resto del personal incluido en la medida pertenece a diferentes unidades que mantienen relación con la de coque y reducirán su actividad un máximo de diez días durante todo el ERTE, un aspecto que para los sindicatos refleja que esta reducción de empleo es innecesaria.

Estas condiciones fueron aceptadas por la mayoría de los trabajadores afectados a través de la consulta realizada, lo que Repsol considera “un ejercicio de responsabilidad y actitud negociadora”, aunque todos los sindicatos mantienen su rechazo al ERTE y ninguno de ellos se pronunció ante la plantilla sobre la forma en la que se aplicará, a excepción de la CIG, sindicato mayoritario entre la plantilla que defendió ante ellos el voto negativo.

Ventura Agis, representante de la central nacionalista calificó ayer al ERTE de “fraudulento” al entender que no está justificado y que es una “puerta abierta” a futuras medidas en la misma línea. El sindicalista expresó su preocupación por la falta de inversiones en la refinería pese a que la documentación del ERTE trata de explicar su solicitud por el proceso de transición energética. “La preocupación no es tanto los problemas económicos de los trabajadores afectados sino la viabilidad de la factoría”, destacó Agis, quien estimó que la regulación trata de “amedrentar a los trabajadores” de cara al acuerdo marco con una bajada de salarios del 10%, la eliminación del concepto de antigüedad y otros beneficios sociales.

El portavoz de la CIG destacó además que Repsol “no está cómoda” con la Ley de Transición Energética pero que para afrontarla opta a recibir los fondos europeos Next Generation por lo que considera que el ERTE en las plantas de A Coruña y Puertollano es “una presión al Gobierno”.

Ramón Gómez, delegado de UGT, explicó que este sindicato, así como CCOO, Sindicato de Traballadores de Repsol y USO decidieron desconvocar las protestas contra el ERTE, aunque siguen oponiéndose al mismo. Gómez destacó que los sindicatos consiguieron que la empresa excluyera de la regulación al operador de panel de la planta de coque con el fin de garantizar la seguridad de la instalación, ya que a pesar de estar sin actividad tiene producto en su interior.

También resaltó que reducciones de empleo de solo tres días fueran sustituidas por actividades formativas, así como el destino de otros empleados a la coordinación de seguridad en la parada técnica de la planta de Bens.