“Cuando puedas, rehabilita; no tires para construir algo nuevo”. Suena a máxima, y es un principio en el que se basan muchos arquitectos cuando se debaten entre la edificación y la regeneración. La frase es de Joan Creus, quien junto a Covadonga Carrasco ha obtenido una mención en la modalidad de arquitectura de los Premios de Arquitectura y Rehabilitación de Galicia 2020 por un centro social en Cornido, en Carnota. “Muchas tramas de A Coruña están consolidadas, y en gran parte sin uso. Es precisa su rehabilitación y renovación urbana”, apoyan Faustino Patiño y Juan Ignacio Prieto, ganadores junto a Estefanía Grandal del premio gallego de arquitectura por una escuela infantil en A Veigadaña, en Mos (Pontevedra).

En su apuesta por renovar, Creus y Carrasco apuntan al objetivo de “volver a poner en valor”, por un lado, y de “perder volumen” por otro. Opinan que en la ciudad construcción y rehabilitación “se llevan bien”, sin olvidar que “en otras épocas se hicieron obras que se salieron fuera de orden y de escala y no tuvieron en cuenta condicionantes de su entorno”. Patiño y Prieto creen en cambio que la convivencia entre los dos modelos no ha sido positiva. “Sobre una trama urbana densa por su propia estructura de origen, se han superpuesto modelos arquitectónicos que la han ido alterando y aumentando de forma progresiva, en densidad y altura, sin un horizonte muy claro. Esta complejidad ha motivado la aparición de restricciones e imposiciones de orden estético, que hacen difícil el proceso de rehabilitación y encorsetan las propuestas”, explican.

Unos y otros son reacios a señalar barrios o zonas de la ciudad donde se hayan desarrollados correctas o incorrectas iniciativas arquitectónicas, aunque coinciden al ensalzar las renovaciones urbanas que persiguen “la ampliación del espacio peatonal y las zonas verdes”. La reforma de la plaza de España les sirve de ejemplo a Patiño y Prieto por su reducción en la incidencia del tráfico a través de “un diseño cuidado y respetuoso con lo existente”.

La peatonalización es una tendencia de máximo aprecio en estos arquitectos consultados y su traslado al centro de la ciudad, en concreto a la zona de los terrenos portuarios, cuenta con su total apoyo. “Esa zona hay que abrirla a la ciudadanía con usos diversos, culturales, deportivos, patrimoniales, en zonas como el castillo de San Antón o la Palloza. Con operaciones sencillas que permitan trazar recorridos junto al mar”, plantean Creus y Carrasco, que fueron premiados por una propuesta en el concurso de ideas del borde litoral el pasado mandato y diseñaron también un proyecto de humanización en la Marina con la presencia de una pérgola, sobre el que todavía no ha decidido el área municipal de Urbanismo.

“Creemos que lo que precisa la ciudad es recuperar el terreno del puerto y el contacto con el mar con amplios espacios libres, conservando la memoria de ese espacio como zona portuaria. Muchas de las edificaciones existentes tienen valor, interés y posibilidades de ser reutilizadas. No debería utilizarse para añadir más densidad edificatoria, especulación inmobiliaria o continuar la línea de intervenciones fallidas como Palexco”, comentan Patiño y Prieto.

Estos profesionales defienden el valor que para las grandes intervenciones que requiere una ciudad como A Coruña se convoquen concursos, como en los últimos días reclamó en este diario el Colegio Oficial de Arquitectos de Galicia después de criticar que la reforma de Los Cantones se adjudicase de forma directa. “Un concurso es extremadamente útil y rentable para la administración, y no se usa lo suficiente. Ha habido participación escasa en los convocados para decisiones trascendentales para el futuro de A Coruña”, dicen Patiño y Prieto. “Para lugares emblemáticos, mejor que haya concursos. Pero bien hechos, bien pagados y con tiempo para los arquitectos”, respaldan Creus y Carrasco.

Los premios gallegos de arquitectura reconocieron en la última edición a otros profesionales colegiados en A Coruña. Es el caso de Xosé Manuel Casabella y José Luis Martínez Raído por su intervención en el Archivo Histórico Provincial en el antiguo convento de San Francisco en Ourense (mención en la categoría de rehabilitación); Fermín González Blanco por El Camello Coworking en Santa Cruz de Ribadulla en Vedra (mención de sostenibilidad); y Iago Fernández Puentes por la escuela infantil Vilaxoan en Vilagarcía de Arousa (mención en la modalidad de arquitectura).