La recuperación de la antigua prisión provincial es una de las reivindicaciones históricas de la ciudad. El Concello cuenta ahora con un proyecto para rehabilitar el edificio, que precisa unos treinta millones de euros de inversión, para que este enclave se convierta en sede para el sector audiovisual y también para la gestión cultural.

Profesionales del sector indican que sería una buena oportunidad no solo para el negocio en sí, sino también para la formación y para poder dar a los jóvenes y a los proyectos alternativos un espacio en el que poder desarrollarlos y también una casa en la que poder exhibirlos.

El director del festival S8, Ángel Rueda, que ya en 2010 abrió el edificio para que se convirtiese en sede de sus proyecciones —solo durante dos años, ya que el deterioro del edificio hacía imposible repetir la experiencia— considera que es “una oportunidad” para la iniciativa privada, pero también para la pública, para impulsar proyectos que crezcan con la colaboración de los creadores que se instalen allí. Defiende que tiene que haber “espacio para todos”.

El director de la Escola de Imaxe e Son, Nacho Romero, cree también que la reconversión de la antigua prisión provincial puede ser una oportunidad no solo para los profesionales que ya se hayan hecho un hueco en el sector sino también para los que todavía están estudiando. “Ángel Cordero, que es otro profesor del centro y yo, en el año 2010 entramos a hacer un reportaje fotográfico de cómo había quedado. Ya hacía varios años que el edificio no funcionaba como cárcel y se habían cerrado varios módulos. El edificio ya se había empezado a deteriorar y el centro de reinserción se trasladó por puro peligro”, recuerda Romero.

Defiende que, sea cual sea el uso, es importante que se haga “cuanto antes”, para que la rehabilitación pueda ser asumible por las administraciones, para que no llegue un punto en el que el edificio sea irrecuperable. Para esto, el Concello, en su plan, propone solicitar fondos europeos y estatales, dentro del plan España puede y también del programa España, hub audiovisual de Europa.

“Se podría aprovechar para exposiciones fotográficas, para estrenos de proyectos audiovisuales, hay unos escenarios magníficos para hacer representaciones teatrales, se podrían hacer localizaciones para cortos, no solo para los estudiantes de nuestra escuela sino también para los de otras”, relata Romero, aunque incide en que, en el caso de la Escola de Imaxe e Son, podría suponer un desahogo a la saturación de las instalaciones, aunque tendría que tener el visto bueno también de la Xunta

“A nosotros la escuela se nos queda pequeña. No hay un espacio libre en ningún momento del día y ya es imposible que podamos crecer más porque pusimos un ciclo de Animacións, y son dos clases más, platós... Estamos a tope, así que, todo lo que sea tener espacio nos vendría genial”, relata y defiende, además, el uso compartido.

Pone, por ejemplo, usos vecinales, también que haya hueco para la memoria. Rueda cree que el espejo en el que debe mirarse la recuperación de la antigua prisión provincial es en el del Matadero, de Madrid, en el que las instalaciones industriales se convirtieron en un lugar de creación y de gestión cultural. Sobre las carencias que podría ayudar a paliar este edificio, Romero tiene claro que podría valer para acoger representaciones teatrales, para hacer estudios más grandes, conciertos, incluso que otras instituciones que hay en la ciudad como la Filmoteca de Galicia —antiguo Centro Galego das Artes e da Imaxe— o algunos de los ciclos que se imparten en la Escola de Imaxe e Son, para poder seguir creciendo en Someso, incluso de la escuela Pablo Picasso o la Universidade da Coruña para que pudiesen “convivir” profesionales y estudiantes y realizar “proyectos colaborativos”.

“Esa colaboración encaja muy bien con la forma de trabajar que tenemos en la escuela, que hacemos proyectos, porque es la manera de trabajar que hay en el sector audiovisual”, resume Romero.

La fundadora y productora de Vaca Films, Emma Lustres, considera que el proyecto que se desarrolle en la cárcel tiene que estar asentado sobre tres pilares, que sea un espacio no solo para profesionales sino también en el público, que es quien va a mantenerlo vivo.

“Tiene que tener el ojo puesto en la formación, porque los estudiantes son el futuro, pero también en los profesionales, que son el presente y en el público, que es presente y futuro. Sin público no existimos, porque no tiene sentido seguir haciendo producciones si nadie las va a ver”, relata Lustres, que defiende que la gestión cuente con aportaciones públicas, sobre todo, para sostener su actividad, en caso de que las privadas bajen en momentos determinados y que eso permita seguir cuidando al público.

Defiende, además, que el edificio tiene que ser un espacio vivo del que se pueda sacar partido “durante todo el año” y no esté “infrautilizado” cuando está en un lugar privilegiado del centro de una ciudad que es el “centro del audiovisual de Galicia”, describe.