Si la solicitud que acaba de presentarse para la instalación de una estación de servicio en el inicio de la carretera a los Baños de Arteixo y la formulada el mes pasado para otra en Lonzas reciben finalmente el visto bueno de las administraciones, el polígono de Agrela contará con 13 de las 32 gasolineras que existirán en el término municipal, lo que lo consolidará como la zona de la ciudad donde más fácil resulta repostar combustible. Algunas de ellas están ubicadas incluso a muy corta distancia unas de otras, como sucede en las calles Isaac Peral, Severo Ochoa, avenida de Fisterra y carretera a los Baños de Arteixo, en las que hay dos instalaciones de este tipo.

El punto de mayor concentración es, sin embargo, el entorno de la glorieta de Eduardo Diz, el punto de acceso al polígono desde el casco urbano, donde en la actualidad hay dos y la que se proyecta al inicio de la carretera a los Baños de Arteixo sería la tercera. La situación de Agrela junto a algunas de las principales vías de entrada y salida de la ciudad favorece la presencia de estaciones de servicio en ellas, como sucede con las avenidas de Arteixo y Fisterra y la carretera a los Baños de Arteixo, pero una buena parte se hallan en el corazón del polígono, por lo que hay otros factores que contribuyen a la apuesta por los empresarios del sector por la elección de este emplazamiento.

“No es algo habitual”, señala Julio López Vázquez, presidente de la Asociación Provincial de Estaciones de Servicio de A Coruña, sobre la existencia de tantas gasolineras en un polígono industrial. “Un polígono lo que tiene es la facilidad a la hora de que se tramiten algunos proyectos”, comenta sobre los problemas surgidos por las solicitudes de apertura de gasolineras en zonas urbanas, que considera “normales” porque a los vecinos no les gusta tener al lado de sus viviendas determinado tipo de instalaciones industriales.

López añade que un parque empresarial también dispone de la ventaja de contar con una buena conexión a internet, que es indispensable para las gasolineras automatizadas, al igual que las medidas de seguridad y contraincendios que están disponibles en lugares como Agrela. Aunque también atribuye la proliferación de estaciones de servicio en este polígono a la instalación en los últimos años de las que carecen de personal, que reducen los precios con respecto a las tradicionales al ahorrarse esos costes, en Agrela en la actualidad solo hay dos de este tipo en funcionamiento y a ellas se sumarán las dos en proyecto si reciben la autorización.

López defiende el modelo convencional frente al del autoservicio al considerar que proporciona una mayor seguridad y una mejor atención, pero reconoce que “el cliente es el que lo tiene que decir”.

El presidente de la asociación coruñesa advierte sin embargo que es este es un “mercado maduro” en el que se están produciendo “bastantes cierres” de gasolineras tradicionales en las cuatro provincias gallegas, lo que puede derivar en problemas de abastecimiento en las zonas rurales.

López defiende la introducción por la Xunta de algún tipo de regulación para favorecer a las estaciones de servicio con personal y a las rurales, aunque sin prohibir las de otro tipo. Sobre la expansión en Galicia de las gasolineras automatizadas, destaca que en una zona de 300 metros de Vigo hay tres o cuatro, mientras que en otra localidad de la provincia en 200 metros están situadas otras cuatro. En el primer caso se trata de un área urbana, mientras que en el segundo es la carretera de acceso a un polígono.

La asociación provincial coruñesa destaca además que las estaciones de servicio gallegas son las que más personal tienen en España por millón de habitantes y por litros vendidos, así como las que más gastos medioambientales que soporta junto con Cataluña, que suponen unos 200.000 euros por cada instalación.