Fernando García es el gerente en Galicia de la Fundación Laboral de la Construcción, una organización formada por patronal y sindicatos para facilitar la formación e integración laboral de los trabajadores del sector.

¿Qué tipo de trabajadores hacen falta en la obra actualmente?

Históricamente, en el sector de la construcción se formaba a los profesionales con el sistema de aprendiz de toda la vida, más que la formación reglada. Uno empezaba de peón y se le iba enseñando. Con la crisis de 2008 hubo un periodo sin la entrada de nuevos profesionales, y unas generaciones que abandonaron el sector. No hubo incorporaciones, y la formación reglada no aporta suficientes alumnos. En el aspecto de la formación de desempleados, la Administración ha hecho grandes esfuerzos, pero no conseguimos ni de lejos el número de trabajadores necesarios. Nos encontramos con un sector envejecido y con cada vez más demanda de personal cualificado.

¿Qué oficios son los más demandados por los empresarios?

Lo más difícil de encontrar son encargados de obra, pero en números totales son pocos, así que lo que más que se necesita son albañiles. Pero la crisis de trabajadores de oficios es general: hay problemas con electricistas, fontaneros, carpinteros… .

¿No son trabajos atractivos para los jóvenes?

Sobre todo es por eso. No hay una oferta muy amplia de formación de la Administración, igual algo menos de cien plazas en toda Galicia, y no se dan cubierto. Los oficios no son atractivos para los jóvenes. No hay alumnos suficientes aunque se colocan todos. Es un problema de vocación.

¿Usted le recomendaría a un hijo o a un sobrino escoger un oficio?

Yo diría que sí, si No es cuestión de pintar un paraíso, no digo que no haya problemas en el mercado laboral, pero no es peor que otros, todo lo contrario. Se puede trabajar y desarrollar una carrera profesional muy satisfactoria. Si le gustan los trabajos que requieran actividad manual, va a estar mejor pagado. Que sea gratificante es muy subjetivo, pero yo lo prefiero a otro tipo de trabajos porque es más creativo. Hay un componente de riesgo, pero hay mecanismos para controlarlo. Hay una correlación inversa con la formación. Los más cualificados y con más experiencia son los que tienen menos siniestralidad.

¿Cuál es la situación en la comarca de A Coruña?

Es muy similar al resto de Galicia, aunque no tenemos estadísticas en concreto. Están buena parte de las empresas grandes, y quizás en la ciudad el peso de la obra pública y rehabilitación sea un pelín mayor que en la media.

¿Qué efectos tiene la demanda de trabajadores sobre los salarios?

Hay un incremento de los costes de construcción por el pago a oficiales, en un sector con las tablas salariales de las más altas. No lo va a detectar la persona nueva o sin formación, pero sí los buenos profesionales.

¿Y cuánto tarda uno en llegar a esta categoría y notarlo?

Depende mucho de cada persona y de si tiene formación previa o no. Un trabajador con algún tipo de formación debería ser oficial en un plazo de entre tres y cinco año . Si empiezas con 20, con 23 y 25 podrías ser oficial de segunda, y con 25-30 oficial de primera. Depende de la habilidad de cara persona. Con 15 años de experiencia ya se puede ser encargado.

¿Qué ocurre con la presencia de mujeres en los oficios, que tradicionalmente están masculinizados?

Sigue siendo muy minoritaria. A nivel técnico cada vez hay más jefas de obra o responsables de producción, y también a nivel aparejador o arquitecto, aumenta el porcentaje de mujeres, pero en obra la relación es muy desigual. Estamos trabajando en este tema, intentando concienciar a las empresas y las mujeres. Ahora hay mecanización y normativa económica: no hay datos objetivos que digan que una mujer no puede desempeñar perfectamente la labor en obra.