El hombre acusado de abusar de la hija de su pareja ha negado los hechos, mientras que la víctima ha afirmado que era un hombre "celoso y controlador" que la chantajeaba, en la primera sesión del juicio celebrado este martes en la Audiencia Provincial de A Coruña.

El Ministerio Fiscal pide 15 años y diez meses de cárcel para el acusado, por unos hechos ocurridos en Narón que, según recoge el escrito de calificación, ocurrieron desde que la víctima tenía 12 años, momento en el que el hombre comenzó a mantener con ella "relaciones sexuales completas".

Los abusos se prolongaron en el tiempo, hasta el 25 de diciembre de 2019. Ese día, el procesado recriminó a la joven haber llegado tarde a casa y acabó golpeándola en el pecho. Tras este incidente, ese mismo día, la joven denunció los hechos.

El procesado ha negado las acusaciones y ha teorizado que la víctima lo denunció "por dinero", ya que la joven percibía una pensión de orfandad que él y su pareja gestionaban.

Durante el juicio se presentaron como prueba varias conversaciones de WhatsApp, en las que se lee al hombre confirmando las relaciones con la víctima. En su defensa ha alegado que fue la propia joven la que "se mandó los mensajes a si misma" utilizando el móvil del procesado.

Por otro lado, ha confesado que "no podía mantener relaciones sexuales" al sufrir disfunción eréctil en aquella época, y que tampoco se podía pagar el tratamiento, aunque en las presuntas conversaciones que mantuvieron por WhatsApp, el procesado afirmaba haberlo comprado.

CELOSO Y CONTROLADOR

El hombre era "controlador y celoso", según ha declarado la víctima, que afirmó que buscaba "excusas" para poder huir del acusado, aunque éste la chantajeaba.

La joven ha explicado que los abusos ocurrieron desde que ella tenía 12 años y que no "fue consciente" de estos hasta que cumplió los 16. Dijo sentirse "forzada", ya que el procesado se mostraba más agresivo cuando no mantenían relaciones.

En su declaración, la víctima ha ratificado la persuasión que menciona el Ministerio Fiscal en su escrito, y ha confesado que el acusado le hacía ver en sus mensajes de WhatsApp que llevaban "siendo novios" cinco años.

Según se expuso en el juicio, los servicios sociales ya investigaron el caso tiempo atrás, al sospechar que la joven podía sufrir abusos, aunque en esos momentos negó los hechos por sentir "miedo".