¿Qué ha ocurrido para que hayamos tenido que esperar a 2021 para tener a una mujer como directora de la Escuela de Caminos?

No lo sé. Yo creo que igual ha habido poco interés por parte de algunas mujeres que se podrían haber presentado, o porque somos bastante menos. Muchas menos, de hecho. Hemos llegado a la profesión mucho más tarde que ellos, y eso es una realidad.

¿Influyeron los prejuicios en esa llegada tardía?

No, no. Siempre hemos tenido la escuela abierta, pero la primera mujer ingeniera de Caminos es del año 1971, y el primer hombre debe ser del 1800 y poco. Hemos llegado más tarde porque antes las mujeres no estudiaban Caminos, pero no porque tuviésemos menos capacidades, sino porque las mujeres en general estudiaban menos.

¿Qué le llevó a usted a decantarse por esa rama?

Fundamentalmente, que me gustaban las matemáticas y la física, pero aplicadas.

Le gustaban los puentes.

Me encantaban los puentes. Y me siguen gustando: los puentes, las presas y los puertos. Yo, además, soy coruñesa, y aquí tenemos mucha tradición del puerto, está muy integrado en la ciudad y siempre me llamó mucho la atención.

La proporción de mujeres con respecto a hombres en la Escuela de Caminos es una de las más bajas.

De todos los profesores permanentes, las mujeres suponemos solo el 16%. De todos los profesores, sube un poco, en torno a un 19%.

La proporción se replica a todos los niveles. Cada vez cuentan con menos alumnas mujeres. ¿Por qué?

Sí. Cuando yo estudié la carrera éramos muchas menos, debíamos ser un 5%, o algo más, pero pocas. Cuando empezó la escuela aquí, había un tercio de mujeres, un 33%, más o menos. Algún año creo que llegó a haber en torno al 40%, hubo un par de años buenos y ahora ha bajado un poco. A la mitad no han llegado nunca, pero sí se llegó a un 35-40%. Ahora tenemos unas pocas menos, pero no tengo el dato.

¿Cual va a ser su prioridad al frente de la Escuela de Caminos?

Intentar hacerla más atractiva para los estudiantes y para la sociedad en general. Atraer a más estudiantes.

La escuela no solo ha perdido mujeres alumnas. Cada vez son menos los que se decantan por la titulación, más allá del género. ¿A qué responde?

Sí, no son problemas de género. Hemos perdido alumnos, creo que fundamentalmente debido a la crisis de la construcción, pero es algo difícil de saber. No es algo que ocurra solo en la Universidade da Coruña; pasa en todas las de España. Creo que la crisis de la construcción ha hecho que, siendo una carrera más dura que otras, y sin haber tanta salida al acabar para trabajar, la gente se decante menos. El nivel de exigencia es más alto, quizás, que en otras titulaciones.

¿Qué estrategias seguirán para atraer nuevos estudiantes?

Estamos pensando en impulsar más dobles titulaciones con otras universidades europeas, incluso estamos barajando americanas. También queremos plantear nuevos másteres que atraigan a alumnos más allá de Galicia, o plantear nuevas titulaciones que puedan ser útiles y atractivas a la sociedad.

La internacionalización está en sus planes.

Sí. Internacionalizar y diversificar, intentar abrirnos a otras titulaciones que estamos capacitados para impartir.

Muchos centros de enseñanzas técnicas han puesto en marcha programas e iniciativas orientadas a captar alumnado femenino. ¿Está entre sus planes?

Me ha llamado mucho la atención, porque creo que en la toma de posesión del otro día, lo más mediático en si mismo era que yo era la primera mujer directora de la Escuela. Es verdad que cuando yo entré éramos pocas, pero nunca he sentido que yo no pudiera hacer algo que hacían mis compañeros hombres, ni ellos me lo han hecho sentir así. No he tenido malas experiencias por el hecho de ser mujer. No se me había ocurrido pensar que hubiese mujeres que no lo hagan por esto. Por ejemplo, el Colegio de Caminos hizo algunos vídeos para el día de la mujer animando a que mujeres y niñas estudiasen Caminos. Si vamos a hacer labores de mostrarnos a la sociedad, a lo mejor estaría bien que fuese una mujer a los colegios.

En ciertos gremios todavía cuesta ver a una mujer liderar un proyecto, e incluso respetar su autoridad.

Mi experiencia no ha sido esa. Sí que es verdad que hace 30 años en las obras no gustaban las mujeres, pero creo que eso ya no es así. Mi experiencia no me ha llevado a pensar nunca que mis compañeros me hayan rechazado en ningún momento, no recuerdo ningún caso. Sí que es cierto que si no vienen muchas mujeres, igual hay que decir: mira, yo soy mujer y ahora soy directora. Se puede, y vosotras también podéis.

Caminos es una de los centros más potentes en cuanto investigación, sobre todo en lo tocante a sus centros adscritos, como el Centro de Innovación Tecnolóxica en Edificación e Enxeñería Civil (Citeec). ¿Cuáles son los planes en esa línea?

Sí. A nivel de investigación no trabajamos tanto centralizándolo en el centro, sino que hay varios grupos de investigación, y cada uno se gestiona más o menos de forma independiente, aunque unos participan con otros. En la investigación somos un centro puntero y no tengo duda de que todos los grupos seguirán funcionando bien. Ayudaremos en todo lo que podamos ayudar, pero creo que en eso vamos muy bien encaminados. La prioridad es hacernos ver, es muy importante. Creo que gran parte de la sociedad no nos conoce y no sabe a qué nos dedicamos. Es importante que les contemos qué hacemos, tenemos temas atractivos para la sociedad: puertos, presas, carreteras. Son cosas que la sociedad necesita.

La labor de su sector deja una huella visible, pero la gente no siempre sabe de dónde viene. ¿Confunde la nomenclatura, entre civil, caminos, canales...?

Yo creo que sí, pero creo que tenemos que visibilizarnos más, ha habido otros profesionales que han sabido mostrarse más a la sociedad, y que la sociedad tiene claro lo que hacen. Creo que con nosotros no lo tienen claro. Tenemos muchísimas competencias profesionales. Los alumnos se colocan todos cuando salen encuentran trabajo.