Las líneas del bus urbano que recorren los tramos de mayor densidad de tráfico están más expuestas a accidentes que otras con menos kilómetros de recorrido o con la circulación más calmada. De los 344 siniestros registrados en 2020 en los que estuvieron implicados vehículos de la Compañía de Tranvías, la línea en la que se contabilizaron más fue la 11, con un total de 37. Le siguieron la 4 con 32, la 14 con 31 y la 6 con 25. Las cuatro tuvieron menos accidentes que en los dos años anteriores, según refleja el nuevo Plan de Seguridad Vial de la concesionaria del transporte público de pasajeros, con vigencia desde este año hasta enero de 2024.

La diferencia más significativa en este apartado respecto a las estadísticas de 2017, el último año que recogía el plan de seguridad anterior, es que la línea 11 que une As Lagoas con el centro comercial Marineda City, que hace tres años era la tercera, es ahora la primera en siniestralidad, mientras que la 14 que enlaza Os Castros con Os Rosales era antes la de más accidentes y ha pasado a la tercera posición. Las líneas 4 (desde la avenida de Hércules hasta el Barrio de las Flores) y 6 (también desde Monte Alto hasta Meicende, en el concello de Arteixo) se mantienen tres años después en segundo y cuarto puesto en accidentalidad, respectivamente. La quinta posición, como en 2017, vuelve a ser para la línea universitaria con el mismo número de siniestros que entonces y que en 2020, 23.

Todas las demás líneas del bus urbano registraron menos de veinte accidentes (ninguno en la 23A, uno en el búho y solo tres en la 2A), menos que un año antes en cada una, en un 2020 en el que la pandemia del coronavirus redujo la movilidad general en la ciudad y el uso del transporte público a partir de mediados de marzo, especialmente hasta el comienzo del verano. El confinamiento de la población y la consiguiente disminución de pasajeros supusieron que la siniestralidad en los autobuses cayese un 32% en comparación con 2019, año en el que se produjo un ligero repunte, del 7%, respecto al anterior.

El Plan de Seguridad Vial de Tranvías, con el que la empresa pretende reducir el número de accidentes ocurridos en la prestación del servicio y “velar por el bienestar, la seguridad y la salud de sus trabajadores”, recoge además el dato de que en menos del 30% de los siniestros en 2020, el 26,7%, hubo lesionados, frente al 35% en 2017. Más de la mitad de las personas que sufrieron lesiones, el 56%, fueron mayores de 60 años y el 39%, de entre 18 y 59 años.

La mayor parte de los lesionados sufrieron un percance durante el trayecto del bus, principalmente por resbalones o tropiezos o por frenazos debidos a problemas con otros conductores o a maniobras bruscas que provocan la pérdida de equilibrio o un golpe con algún elemento del interior del vehículo. Es más bajo el número de lesionados por incidencias cuando el bus se encuentra en la parada y al llegar o al salir de la misma. El documento recoge que es ligeramente superior la cifra de personas que sufren una lesión cuando viajan sentadas que cuando lo hacen de pie; otras también han tenido algún susto o incidencia al subir o al bajar del autobús y cuando estaban en la acera.

Los siniestros que contabiliza la Compañía de Tranvías son de tres tipos: los accidentes con terceros o externos (276 en 2020, 152 menos que el año anterior), que implican incidencias con otros vehículos y lesiones en pasajeros y terceros; los accidentes internos (68, diez menos que en 2019), que no suponen daños a otros vehículos y no causan lesiones; y los accidentes laborales (10), en los que el empleado de la empresa es el lesionado en el desarrollo de su trabajo.

La colisión, como es habitual cada año, es el accidente más común entre los internos y con terceros. Lo fueron 175 el año pasado, seguido por las caídas y golpes (65), los choques en la calzada o la acera con elementos que no son vehículos (38) y los mareos, desmayos u otras indisposiciones (15). El plan de Tranvías señala además que más del 70% de los siniestros se producen en día no lluviosos, “lo que demuestra que esos días se extreman las precauciones, de ahí que se registren menos siniestros” a pesar de que el firme de las calles está en peor estado y aumenta el tráfico en la ciudad de manera considerable.

Otra tendencia que se repite es la culpabilidad ajena en la mayoría de los accidentes ocurridos en el transporte público. En más del 50% de los casos, 193, fueron otros conductores o los viandantes los responsables de los siniestros, frente a los 116 en que el conductor del bus causó la incidencia; en 35 casos no fue posible determinar de quién fue la culpa.

El Plan de Seguridad Vial de la Compañía de Tranvías apunta que la concesionaria se planteaba en el documento anterior, de 2018, reducir en un 2% los accidentes registrados en la empresa, tanto externos como internos y laborales, “objetivos estratégicos que se han cumplido”. Añade que para alcanzar esos retos Tranvías ha implantado en los últimos años, entre otras medidas, sistema de gestión de seguridad vial, un manual del conductor, un mapa de puntos negros, un buzón de recomendaciones de los empleados y cursos de formación en seguridad vial.