La construcción de la estación intermodal reunirá esta semana en Madrid a las administraciones y departamentos implicados en su ejecución para la firma del convenio marco que establecerá las competencias y responsabilidades de cada actor: Ayuntamiento, Xunta y Estado. Este paso no supondrá en cambio un comienzo inmediato de las obras que tienen su preparación más avanzada; el arranque de los trabajos, tanto en las terminales como en sus entornos, está condicionado por la suscripción de otros convenios específicos de carácter urbanístico o financiero entre las partes vinculadas a actuaciones en espacios comunes, como puede ser la estación de autobuses de la Xunta, bajo la que habrá un aparcamiento que pagará y explotará el Concello. El Gobierno gallego tiene dudas respecto al tiempo que ha de transcurrir para que se firmen estos acuerdos, sin los cuales no será posible licitar las actuaciones; una preocupación que tiene su fundamento en la tardanza del Estado en convocar el acto de la firma del convenio esta semana. Este documento refleja en una de sus cláusulas que las administraciones tendrán un periodo máximo de un año para suscribir los convenios adicionales, susceptible de una prórroga por idéntico plazo.

Los convenios específicos son necesarios para establecer obligaciones más precisas cuando más de una administración participa en una actuación dentro del conjunto de intervenciones previstas para la construcción de la intermodal. La preocupación de la Xunta se centra en principio en un convenio urbanístico entre el Concello y Adif por la cesión de terrenos para la ejecución de accesos a la futura estación entre las avenidas de Arteixo y de A Sardiñeira; y en otro convenio de financiación específica por la conjunción de responsabilidades en la obra de la terminal de buses, que costeará el Gobierno gallego con 17,4 millones de euros y en la que el Concello pagará otros diez millones por el parking subterráneo, que explotará durante 20 años.

Estas actuaciones no podrán licitarse pese a que la preparación del proceso esté adelantada, como es el caso de la estación de autobuses que Infraestruturas prevé sacar a concurso este año. Si ahora se abre otro incierto periodo de doce meses para suscribir nuevos convenios, la Xunta se pregunta cuánto tiempo más tendrá que esperar para encontrar el camino despejado para licitar y ejecutar la estación. El Concello apunta que los pasos previos a las licitaciones, mientras tanto, se pueden ir avanzando.

El Estado, que ya suma retrasos respecto a las previsiones que transmitió hace dos años sobre los trabajos en la terminal ferroviaria, también acumularía demoras si tarda en rubricar los convenios adicionales que le comprometen con el Concello o la Xunta. Aunque la licitación de la obra llegó a anunciarse para 2019 a mediados de aquel año, ahora prevé abrir el proceso el próximo 31 de diciembre, después de tener que adaptar el proyecto a las nuevas exigencias del Código Técnico de la Edificación.

Otro convenio que sería necesario firmar es el de la transformación urbanística de los terrenos ocupados por la actual estación de autobuses, entre las calles Alcalde Pérez Ardá y Caballeros, según prevé el plan general y recoge el convenio marco como novedad frente al de 2009. La recuperación del desarrollo de este polígono urbanístico, denominado como Estación de Autobuses en el plan general, prevé la construcción de dos edificios de 8 y 16 plantas, así como de una rotonda en la que convergerían la avenida de Alfonso Molina y las calles Marqués de Figueroa y Caballeros.

El convenio marco que al fin firmarán esta semana el Estado, la Xunta y el Ayuntamiento pone fin a una larga espera de las administraciones autonómica y municipal, que a mediados del año pasado ya apremiaban a certificar el acuerdo general que existía en la mayor parte de asuntos. En virtud de este acuerdo a tres bandas, el Estado a través de Adif licitará, adjudicará, ejecutará y financiará todas las obras de la estación de ferrocarril, estimadas en más de 40 millones de euros y en un plazo de 28 meses, entre ellas la de una pasarela para peatones y ciclistas entre las avenida do Ferrocarril y A Sardiñeira, que podría incluso adaptarse al tráfico de vehículos.

La Xunta se encargará de la obra de la estación de autobuses, junto a la avenida de A Sardiñeira, y el Concello, de los cambios en el plan general para llevar a cabo los accesos al complejo intermodal por las avenidas, además de pagar el parking subterráneo.