La pandemia también ha cambiado la forma de delinquir. Lo muestran los datos recogidos en el balance de criminalidad del Ministerio del Interior correspondiente al primer trimestre del año, durante el cual, en A Coruña, se han contabilizado 62 robos con fuerza en domicilios, establecimientos y otras instalaciones. Son 85 menos que los 147 en el mismo periodo del año pasado, un 57% menos. Y eso que durante una quincena de 2020, el confinamiento domiciliario fue obligatorio por la irrupción del COVID-19.

“Es cierto que en aquellos 15 días todos estábamos en casa. Pero ahora seguimos con restricciones, sin apenas salir. Hasta hace unos días, había toque de queda y no se podía viajar por los cierres perimetrales”, argumenta la secretaria provincial del Sindicato Unificado de Policía, Sandra Castro. Detalla que “muchos robos en establecimientos suelen ser de noche”, pero el toque de queda no permitió circulación por las calles en los últimos meses. “Además, muchas tiendas o bares permanecen cerrados por el coronavirus”, añade. Sobre los domicilios, explica que la caída del 42,9% —pasando de los 63 de 2020 a los 36 del pasado trimestre— es porque “la gente sigue en casa”. “Muy poca gente va a su segunda residencia o de viaje, y eso dificulta que se entre a robar”, explica.

Lo que sí ha aumentado en este tiempo es la cifra de robos con violencia e intimidación, pasando de los 40 que hubo entre enero y marzo del año pasado a los 59 de este año, un 47,5% más. “Estos robos suelen ser de día, que es cuando más gente hay. El delincuente busca otras salidas y si no puede robar en domicilios o establecimientos, roba en la calle”, revela Castro. Los hurtos, en cambio, han descendido, de 784 a 674.

Según el balance de criminalidad publicado por el Ministerio del Interior, en este tiempo se produjo un incremento de los delitos contra la libertad e indemnidad sexual. Solo en el primer trimestre del año hubo 18. Dos más que en 2020. Además, no se han producido homicidios dolosos ni asesinatos consumados o en grado de tentativa ni secuestros.

Aunque sí se han producido incidentes relacionados con el cumplimiento de las medidas y restricciones para frenar el avance del coronavirus, los delitos graves y menos graves de lesiones y riña tumultuaria han bajado un 33,3%. El año pasado se contabilizaron 31 incidentes de este tipo y entre enero y marzo de 2021 la cifra se quedó en 14.

En este informe figuran también las sustracciones de vehículos —seis en el primer trimestre de 2021, tres menos que en el mismo periodo del año anterior— y los delitos por tráfico de drogas, que se han contabilizado siete por los cinco de hace un año. En total, y comparando ambos periodos, las infracciones penales han subido un 4,1%. De las 2.389 de 2020 a las 2.487 de los primeros tres meses de este año.