Para los que trabajan en el mismo barrio en el que residen es factible ir andando, y los que tienen un empleo en otra parte de la ciudad pueden recurrir al autobús o a la bicicleta como alternativa al automóvil. Pero miles de coruñeses se ganan la vida en uno de los polígonos industriales situados en las afueras o en otros municipios, y, para llegar a ellos, las formas alternativas de movilidad no son factibles. En el caso del polígono de Pocomaco, el presidente del Club Ciclista Mesoiro, Eladio Salgueiro, indica que “no hay aceras, hay camiones, entradas y salidas de furgonetas, es un poco peligroso” circular en bicicleta.

Así, el coche sigue siendo el rey para ir a trabajar. En palabras del presidente de la Asociación de Empresarios de Pocomaco, Ricardo Tormo, en el polígono trabajan 5.000 personas, y “la mayoría” llega en automóvil. No es por capricho. Al igual que ocurre en otros ámbitos en los que se recurre al coche, el motivo es la falta de alternativas públicas. El actual servicio del bus urbano “solo abastece al 25%” de las instalaciones, de acuerdo con los cálculos de Tormo. “Ese 25% podría estar más o menos satisfecho con el servicio, pero el resto del polígono no”, señala el representante de los empresarios, que explica que los trabajadores no van a emplear este medio “si te pilla al otro lado” de Pocomaco.

Esto causa, además, un problema de aparcamiento, y pese a que se acondicionan parcelas sin vender para dejar automóviles, “nos quedamos cortos”. En algunos casos, algunas de las empresas del polígono han llegado a destinar equipamientos para dar plazas de párking a sus trabajadores, y “tenemos el caso de una fundación que se vio obligada a alquilar una nave para su gente”, expone Tormo.

El presidente de la asociación de empresarios especula con la posibilidad de establecer un servicio interno de bus, “pero sería tanto como decir que no queremos saber nada del servicio público. La solución sería aumentar la cobertura del servicio del polígono”, opina. Actualmente, según señala, la situación de movilidad “es bastante mejorable”.

Servicios privados

En el polígono de Sabón, en Arteixo, sí que están dando pasos de manera privada ante las dificultades con las que se encuentran sus trabajadores para acudir al puesto de trabajo. La gerente de la Asociación de Empresarios del polígono de Sabón, Marta Marzoa, explica que la movilidad “es complicada” por la autovía de peaje y porque “no hay un transporte público que dé buena cobertura”. Como en Pocomaco, la mayoría de los trabajadores llega en coche, señala Marzoa.

Muchos vienen de zonas de población dispersa, pero llegar en autobús también es problemático para los que residen en A Coruña. Los buses no entran en Sabón, excepto la línea que viene desde A Barcala, pero “creemos que no da servicio a lo que se necesita, y la línea convencional desde A Coruña no hace paradas en el interior del polígono”. Algunas empresas, como Inditex, fletan sus propios buses, desde A Coruña pero otras, con menos trabajadores o con menos recursos, no pueden permitírselo.

Esto ha llevado a la asociación de empresarios a “tomar la iniciativa” de poner en marcha un proyecto de transporte colectivo”, aunque admite que es “complicado”. La idea inicial es abrir una línea desde A Coruña, “donde tenemos un mayor número de trabajadores concentrados”. Aunque Marzoa señala que es “imposible” que el autobús pase por delante de cada empresa, la idea es que se incorporen algunas empresas y que se planifiquen paradas delante de ellas.

Según las previsiones de la asociación de empresarios, se espera que la línea empiece a funcionar en algún momento del próximo año, cuando remita la crisis del COVID. La agrupación ha empezado a tener reuniones con empresas del sector para planificar la ruta. Marzoa, indica que en estos acuerdos con compañías privadas no se plantea una fórmula para coordinarse con las adjudicatarias de líneas públicas a través de acuerdos con los Ayuntamientos o con la Xunta, sino simples contratos privados.

Al contrario que en Pocomaco, en Sabón no hay problemas de aparcamiento, pero Marzoa considera que “hay que convencer a las personas de que es bueno usar transporte colectivo”. Además de dar un servicio, la asociación busca hacer más sostenibles los desplazamientos de los trabajadores.