Los vecinos del Barrio de las Flores denuncian llevar más de tres años a la espera de una licencia que les permita rehabilitar las fachadas de los edificios en los que viven, y cuyo precario estado de conservación acarrea a los residentes serios problemas en su día a día, como humedades o desprendimientos cascotes de las fachadas. Los integrantes de la Comunidad de propietarios de la torre 1C, en la calle Petunias, una de las más afectadas, se dirigirán hoy a la concellería de Urbanismo en el Escano Cidadán del pleno municipal para dar a conocer el problema.

Humedades en el interior de las viviendas. | // L.O.

“Llevamos con este problema desde la construcción del barrio. Se hizo una pequeña actuación en los años 80, y nada más”, lamenta una de las vecinas afectadas, Soledad Garrido. El motivo es que el conjunto de edificaciones, reconocido con el Premio Nacional de Arquitectura por su empleo del hormigón visto; un reconocimiento que, aunque “merecido” a ojos de la vecindad, constituye una traba para la rehabilitación de los edificios debido al grado de protección patrimonial del que gozan, que limita las actuaciones que se pueden realizar o no sobre su estructura. Los vecinos aseguran que la actuación realizada en los años 80 que no contó entonces con la negativa de Patrimonio, es muy similar a la que ellos demandan y que, sin embargo, se les deniega.

Desperfectos en el exterior de los edificios L.O.

Los residentes añaden, además, que tampoco hubo oposición de ningún tipo a la apertura al tráfico de una plaza peatonal para dar servicio al centro de día que la asociación Afaco gestiona en el barrio; ya que, aseguran, las vibraciones derivadas del ir y venir de vehículos dañan la estructura de sus viviendas.

“Es una pelea constante desde el principio. No puedes pedirle al cemento que dure toda la vida”, reflexiona Garrido, que asegura que muchos vecinos han solicitado créditos para hacer frente a los gastos de rehabilitación, algo que, sin la concesión de licencia, es inviable. “Te dejan arreglar hasta cierto punto, lavarle la cara. No podemos estar así cada cinco años”, lamentan los vecinos. Aunque, matizan, es competencia de la Xunta conceder el permiso patrimonial, piden al Concello “implicación” a la hora de agilizar los trámites para que se pueda llevar a cabo la rehabilitación de las fachadas, ante una situación que consideran “injusta, denigrante y potencialmente peligrosa”.