Los nueve centros comerciales existentes en la ciudad suman una Superficie Bruta Alquilable (SBA) —el espacio destinado exclusivamente a la actividad comercial, excluyendo aparcamientos y espacios libres— de 332.550 metros cuadrados, lo que supone una media de 1.346 por cada mil habitantes, proporción con la que se mide la densidad comercial en este sector. Esa cifra cuadruplica la media española, situada en 345 metros cuadrados, que ya es más alta que la europea.

Con la apertura de Breogán Park, que sustituirá a Dolce Vita en el polígono de Agrela con 38.000 metros cuadrados, la SBA de los diez complejos que habrá entonces en el municipio coruñés ascenderá a 370.550 metros cuadrados, lo que elevará la media a 1.500 metros por cada mil habitantes, casi cinco veces más que en España.

Si se tiene en cuenta el área metropolitana, en la que la población asciende hasta los 400.000 habitantes, la SBA existente es de 366. 750 metros cuadrados, ya que hay que sumar la superficie de los complejos Parque Oleiros y The Style Outlets, por lo que la media de la densidad comercial se sitúa en 916 metros por mil habitantes, casi tres veces más que en el conjunto nacional. Cuando el proyecto de Breogán Park se materialice, la media se situará en ese momento en 1.011 metros cuadrados.

La proliferación de centros comerciales poco antes del inicio de la crisis económica que comenzó en 2008 llevó al cierre en 2014 de Dolce Vita, que había abierto sus puertas seis años antes y se convirtió en la primera gran superficie española de ese tamaño que se vio obligada a suspender su actividad, según informó en su día la Asociación Española de Centros Comerciales. En 2019 cerró otro recinto, Comcor, que no pudo soportar la competencia de sus rivales.

Otro de los recintos que abrió en los años previos a la recesión, Espacio Coruña, tiene hoy en día la mayor parte de sus locales vacíos, mientras que el nacido como El Puerto Centro de Ocio cambió su nombre por Los Cantones Village y está ocupado exclusivamente por locales de ocio nocturno y cines. A pesar de esta situación, la sociedad Pelayo Capital anunció en junio de 2018 la adquisición de los terrenos que aún ocupa Dolce Vita con el objetivo de levantar en ellos Breogán Park, un nuevo concepto de instalación a la que se denomina parque comercial.

La iniciativa recibió en febrero de 2020 la autorización de la Consellería de Economía que es imprescindible para su puesta en marcha, aunque todavía precisa de la licencia municipal para construir el complejo. Pelayo Capital preveía que la apertura de Breogán Park se produjese en 2022 tras haber iniciado los trabajos este año, pero el pasado marzo el Gobierno local paralizó la tramitación de la licencia durante seis meses con el argumento de que la Xunta debe aprobar una modificación del plan de emergencia exterior del polígono de Agrela para excluir de la zona de intervención y alerta la parcela donde se instalará el parque comercial.

Pero la administración autonómica indicó a este periódico en cambio que la actividad de Breogán Park es “compatible” con las que se desarrollan en el polígono y que las modificaciones previstas en el plan de emergencia no tienen relación con la concesión de la licencia municipal.

La apertura de centros comerciales generó polémica en A Coruña desde la aparición de este tipo de negocio en la ciudad, ya que en 1985 se produjo la inauguración de las dos primeras con tan solo unos meses de diferencia. Ese año abrió Continente (hoy en día Carrefour), con 13.800 metros cuadrados de SBA, y Alcampo, con 12.750 metros cuadrados. Un año después inició su actividad El Corte Inglés, con 31.000 metros, y en 1987 Cuatro Caminos, con 14.900 metros cuadrados.

La puesta en marcha de estos recintos generó una reacción en contra del comercio tradicional, que tuvo que enfrentarse a la implantación de las grandes superficies en muy poco tiempo. Tras este desembarco inicial, hubo que esperar hasta 1996 para que se abriese un nuevo centro, Los Rosales, con 30.000 metros cuadrados y promovido por empresarios locales, al igual que Comcor, que abrió en 2003 y contó con 17.150 metros cuadrados de superficie construida.

Poco después arrancó la nueva fase de aperturas, con El Puerto Centro de Ocio en 2005 (11.500 metros cuadrados, Dolce Vita y Parque Oleiros en 2008 (62.000 y 21.600), Espacio Coruña en 2009 (42.600), y The Style Outlets y Marineda City (12.600 y 176.000 metros cuadrados respectivamente).

La asociación de grandes superficies destaca que las 38 abiertas en Galicia dan empleo a 43.000 trabajadores

Los datos de la Asociación Española de Centros Comerciales reflejan que en Galicia existen 38 instalaciones de este tipo que, destaca la entidad, dan empleo a 43.000 personas aproximadamente y suman una superficie bruta alquilable de 903.609 metros cuadrados, por lo que la densidad es de 334 metros por cada mil habitantes, ligeramente inferior a la media española. Entre las comunidades autónomas, la gallega se sitúa en una posición media, lejos de Aragón, que lidera la clasificación de la densidad con 525 metros para apenas 1,3 millones de habitantes. Al margen de Melilla, la comunidad con menor densidad es Baleares, a pesar de su enorme oferta turística.

Los centros comerciales gallegos cuentan con 1.856 locales, el 84,8% de los cuales tienen menos de 300 metros cuadrados. Estos recintos concentran el 5,5% de la superficie comercial de Galicia y el 6,7% de la de los centros comerciales españoles, así como el 5,5% de la SBA existente en los mismos.

En España están en funcionamiento 567 centros comerciales, que suman 163 millones de metros cuadrados de SBA 33.300 locales y 862.062 plazas de aparcamiento. La asociación que los engloba asegura que su contribución al Producto Interior Bruto es de 10.447 millones de euros al PIB, el 0,9% del total y el 6,0% del que genera el sector servicios. La entidad está formada por 310 socios y 105 miembros asociados, entre los que se encuentran proveedores, consultores, comerciantes, centros comerciales, promotores e inversores, organismos oficiales e instituciones.

El pequeño comercio se ve en desventaja

La forma de afrontar la fuerte competencia que supone para el comercio tradicional la presencia masiva de grandes superficies es mediante “una mejor calidad y la proximidad al cliente”, según explica José Luis Boado, presidente de la Federación Unión de Comercio Coruñesa (FUCC), quien añade que los pequeños establecimientos tienen que hacer frente a la facilidad de acceso y la concentración de servicios de que disponen los centros comerciales. Boado recuerda que estas instalaciones cuentan con aparcamientos gratuitos que hacen posible la llegada de consumidores en cualquier momento, por lo que su forma de competir es proporcionar servicios “a los clientes de toda la vida”.

El presidente de la FUCC refuta además la afirmación de los centros comerciales sobre la presencia en sus instalaciones de pequeños establecimientos, ya que asegura que en realidad son “franquicias de grandes firmas, porque la frutería de mi barrio no se puede instalar allí”. Para Boado, el pequeño comercio compite en desventaja por la ausencia de aparcamientos disuasorios y de una coordinación adecuada del transporte público, a lo que suma el que se permita seguir abriendo grandes superficies en la ciudad. Otra de las diferencias es la dificultad para hacer frente al precio de los locales, que además se incrementa en las calles de la ciudad que se reforman. “Hay que informar a la gente de que cuando apoya a su tienda de barrio, está apoyando a su ciudad”, sentencia Boado.