Punta Langosteira dispondrá el próximo invierno de una herramienta informática que se servirá de la inteligencia artificial con el fin de mejorar las condiciones en las que operen los buques en situación atmosféricas adversas, ya que el sistema hará posible predecir cuál será el comportamiento de esos navíos, así como las posibilidades de que el oleaje rebase el dique de abrigo. El sistema ha sido diseñado por el ingeniero de Caminos, Canales y Puertos Andrés Figuero Pérez, investigador del Grupo de Ingeniería del Agua y del Medio Ambiente de la Universidade da Coruña, que con este trabajo quedó en segunda posición en el premio Modesto Vigueras que concede la Asociación Técnica de Puertos y Costas.

La Autoridad Portuaria ya cuenta en la actualidad con un sistema de predicción puesto en marcha por el propio Figuero y que define como “más sencillo y restrictivo”, por lo que prevé que el que se implante el próximo invierno reducirán las horas en las que se paraliza la actividad en Langosteira por avisos de rebase del dique que finalmente no llegan a producirse.

Figuero destaca la inversión realizada por la Autoridad Portuaria en la elaboración de estas herramientas informáticas, de las que dice que se diferencian de las ya existentes “en que utilizan datos reales”. Para ello se ha “monitorizado los barcos durante su estancia en el puerto y realizaban las operaciones de carga y descarga”, al mismo tiempo que se registraban “los agentes atmosféricos que estaban actuando, como la altura de las olas, el periodo del oleaje, el viento, la marea y el oleaje en el interior”.

El ingeniero detalla que con esos datos se elaboran unos modelos predictivos en los que se aplica la especialidad de la inteligencia artificial denominada machine learning, que puede definirse como un aprendizaje automático del sistema, ya que interpreta las relaciones entre esos datos y “hace unas predicciones sobre el comportamiento de los buques en el atraque y el rebase del dique por el oleaje”.

Figuero explica que las variables que hay que analizar parea efectuar estas predicciones son múltiples, por lo que el sistema “es muy complejo” y se hace necesario el empleo de la inteligencia artificial para “hallar una relación entre ellas y buscar la mejor predicción”.

Además del comportamiento de los buques en la dársena exterior durante circunstancias atmosféricas complicadas, la herramienta informática que se implantará a finales de este año también permitirá realizar previsiones sobre los momentos en los que las olas rebasarán el dique de abrigo. Figuero recuerda que todos los puertos construyen estas defensas sabiendo que el oleaje las superará, ya que en caso contrario “tendrían que tener un cota de coronación muy alta”.

En el caso de punta Langosteira, el dique dispone en su cara interior de una zona de servicio, a lo que se suma la presencia del pantalán de Repsol, por lo que es preciso “saber en qué situaciones se pueden producir puede haber un rebase”. Figuero apunta que “en función de la previsión meteorológica se puede predecir cuándo se puede producir un rebase para emitir una alerta y que no haya trabajadores en la zona”. Según comenta, estos avisos solo se producen con una altura de olas importante, por lo que considera que no suponen un problema de operatividad para el puerto exterior.

Su experiencia de trabajo en punta Langosteira le ha permitido observar temporales con olas de 9,8 y 11 metros de altura significante, que corresponde a la media del tercio de olas mayores mientras se realiza la medición, entre las que puede haber algunas que alcancen entre 16 y 18 metros. Figuero asegura que, a pesar del tamaño de esas olas la dársena exterior no ha tenido más daños en sus infraestructuras “que cualquier otro puerto”, como el movimiento de los bloques que forman la escollera, al igual que sucede con el dique de abrigo del puerto interior.

Sobre la polémica que acompaña a punta Langosteira sobre su operatividad en circunstancias atmosféricas adversas desde que no era más que un proyecto, Andrés Figuero destaca que en los años que lleva trabajando en este lugar no ha visto “más problemas que en el puerto interior en las operaciones que se realizan en una situación de temporal”. En su opinión, el puerto exterior es “plenamente operativo” porque “no hay un número significativo de días de inoperatividad”. “Hemos visto operar barcos en situaciones de temporal con olas de altura significante entre cinco y ocho metros y barcos con eslora entre 180 y 200 metros seguían operando en el interior”, recuerda.

Figuero señala que desconoce cuál sería el comportamiento de los buques portacontenedores en el interior de punta Langosteira porque al no existir este tráfico en A Coruña no ha podido trabajar sobre esta cuestión, aunque estima que “en principio no tienen por qué no darse las condiciones para poder operar, salvo en situaciones excepcionales, como en cualquier puerto”.