La negativa de la mayoría de los asistentes a la asamblea celebrada el pasado domingo a respaldar la propuesta de presupuestos presentada por la directiva llevó hoy a la presidenta del Club del Mar, Marián Ferreiro, a convocar elecciones anticipadas, que se llevarán a cabo el próximo 4 de julio y a las que no concurrirán ni ella ni ningún miembro de su equipo. El rechazo de los socios a las cuentas que se pretendían aprobar hizo imposible solicitar también su apoyo a la petición de un crédito del ICO que estaba previsto plantear en una asamblea extraordinaria posterior a la que analizó el presupuesto.

Las elecciones, que se realizan cada dos años, debían convocarse para el primer domingo de diciembre, pero la situación creada en la entidad derivó en una convocatoria adelantada. Ferreiro atribuyó ayer la oposición al presupuesto a un grupo de socios con una gran antigüedad en el club que mantuvieron una línea contraria a su gestión desde el inicio de su mandato. La asamblea se desarrolló en un clima de gran tensión que llevó a que dos tercios de los asistentes la abandonaran antes de la última votación.

La aún presidenta accedió al cargo tras ganar los comicios realizados en diciembre de 2019, en los que compitió contra Eduardo Blanco, quien, al igual que ella fue concejal del PSOE durante la Alcaldía de Francisco Vázquez. Su gestión comenzó al mes siguiente y se vio trastocada por el inicio de la pandemia, que ocasionó una pérdida masiva de socios a causa del confinamiento y el temor al contagio del coronavirus.

El número de bajas superó las 1.200, según los datos de la directiva, que sitúa en 3.000 los socios existentes en este momento y que recuerda que muchos perdieron su empleo o fueron sometidos a un ERTE. También señala sin embargo que las afiliaciones ya se están recuperando y que la economía del club no se vio resentida por la caída de la masa social, ya que dispone de unas reservas que superan los 300.000 euros.

Ferreiro sucedió en la dirección del Club del Mar a Ángel Garmendia, quien en su mandato tuvo que afrontar una cuestión de confianza tras la dimisión de varios directivos. Garmendia había intentado renovar el club con la introducción de actividades que permitieran captar socios más jóvenes, aunque contó con la oposición del sector de miembros más tradicionales, que se opusieron a esta línea de actuación. Tras sus dos años de mandato, decidió no volver a concurrir y le sucedió Marián Ferreiro.