“El cambio que se ha producido este último año viene para quedarse, porque la gente tiene que acostumbrarse a cenar más pronto”, advierte Héctor Cañete, presidente de la Asociación Provincial de Hostelería, colectivo que planteará a sus miembros que se alcance un acuerdo mediante el cual, de forma voluntaria, se adelante la hora de cierre de los restaurantes a la una de la madrugada, aunque las cocinas dejarían de trabajar antes. El objetivo de la iniciativa sería facilitar la conciliación de la vida laboral y familiar de los trabajadores de la hostelería, cuyas jornadas acostumbran a ser muy largas.

“No puede ser que los comensales lleguen a las doce de la noche y salgan a las dos de la mañana”, ya que tras la marcha de los clientes los trabajadores todavía tienen que limpiar las cocinas y hacer otras tareas, explica Cañete, quien detalla que la asociación llevó a cabo hace quince días una encuesta entre sus asociados para saber si estarían dispuestos a cerrar los restaurantes a la una con el fin de que el público llegue antes.

Para Cañete, “es necesario que la gente tenga un horario razonable”, cuestión que afirma que “ya estaba en el tintero antes de la pandemia” y que el colectivo coruñés ya expuso a las otras tres asociaciones provinciales de hostelería de Galicia. Según comenta, “en Lugo los cocineros se adhieren de forma voluntaria” a una propuesta similar a la que se pretende poner en marcha en A Coruña “para que los que quieran se adhieran”, según aclara Cañete.

En su opinión, esta medida “va a ayudar a que haya más personal en la hostelería y el personal esté más contento porque se facilita la conciliación”, ya que los empresarios coruñeses se encuentran en los últimos tiempos con dificultades para contratar trabajadores debido a la marcha hacia otros sectores de los que hasta ahora operaban en la hostelería, actividad que abandonaron a causa de los cierres de establecimientos forzados por la pandemia.

“Habría que cambiar los hábitos de los españoles”, advierte Javier Castro, del Mesón El Serrano, sobre la costumbre de cenar mucho más tarde que en el resto de países europeos. En su opinión, la adscripción a la iniciativa de cerrar a la una de la madrugada debe ser voluntaria porque los empresarios deben tener la posibilidad de abrir en el horario que deseen, aunque su local cierra entre semana a las 23.30 y a la 01.00 los fines de semana.

Sobre la conciliación del personal, Castro señala que él respeta los convenios y abona pluses por nocturnidad, mientras que si la jornada se prolonga, quienes trabajan hasta tarde no acuden al mesón a primera hora de la mañana. Recuerda, por ejemplo, que cuando el Deportivo jugaba partidos importantes en horario nocturno, se veía obligado a cerrar a la una y media de la madrugada porque los clientes llegaban tarde a cenar.

También considera que los empresarios deben tener la posibilidad de variar los horarios si transforman su negocio o amplían la oferta hostelera que desarrollan en el mismo y, además, alerta del problema que puede surgir en poco tiempo con la recuperación total de la actividad en el sector y el bullicio que genera, ya que piensa que los vecinos “se han acostumbrado al silencio sepulcral en las calles” durante la pandemia.

“Está claro que es mucho mejor para la conciliación familiar”, declara Miguel García, de la Raxaría As Neves, para quien adelantar la hora de cierre los restaurantes “facilitaría dignificar este sector de alguna manera”. Pero también alerta que esta medida debe adoptarse “de una forma correcta”, ya que en su opinión “de nada vale que los restaurantes cerremos y bares y cafeterías den comidas a esas horas”.

Por esta razón, la iniciativa más adecuada sería “adelantar el horario de cierre de toda la hostelería, incluido el ocio nocturno, para seguir el modelo europeo”. Sobre la adaptación de los clientes a esos horarios, reconoce que “está claro que es una situación compleja”, por lo que apuesta por que las administraciones sean las que impongan un adelanto de la hora de cierre “porque son jornadas muy largas”. García destaca que para que el negocio sea rentable hay que abrir muchas horas y eso obliga a tener mucho personal, cuestión que solo puede solucionarse aumentando los precios y reduciendo los horarios.