El Gobierno local y los grupos de la oposición tienen un concepto muy opuesto de lo que es el diálogo entre formaciones políticas. La alcaldesa, Inés Rey, ha recalcado esta semana que en los dos primeros años de mandato socialista su Ejecutivo ha fomentado y practicado el diálogo con grupos y administraciones de distinto color, a las que agradeció sus aportaciones en diferentes asuntos. La portavoz popular, Rosa Gallego, cuestionó esa voluntad el martes, y puso como ejemplo la negativa del Gobierno municipal a aprobar un presupuesto en 2021, y ayer lo hicieron también Marea Atlántica y el BNG. Para estas dos formaciones, Rey no dialoga con ellas, aunque aplauden que haya expresado su intención de buscar el entendimiento para consensuar las cuentas del próximo año.

“Nos alegramos de que el Gobierno local rectifique y vuelva a la senda del diálogo en cumplimiento del acuerdo firmado con el BNG en 2021. Desgraciadamente, el PSOE incumplió ese compromiso en lo que tiene que ver con el presupuesto de este año y de forma unilateral y sin negociar con los grupos prorrogó las cuentas de 2020, a pesar de que todos manifestamos la disposición al diálogo”, recordó Francisco Jorquera, portavoz del BNG.

María García, portavoz de Marea, calificó el concepto de diálogo al que alude el Gobierno local como “marca publicitaria”. “No lo practica. Si Inés Rey quiere ser fiel al mandato de las urnas, tiene que cambiar el rumbo y dialogar con Marea Atlántica, el único grupo con el que suma una mayoría absoluta por la izquierda. Pero dialogar en serio, no para la foto, no para firmar y olvidarse al día siguiente. No va a ser fácil después del último año y de la larga lista de incumplimientos que acumulamos, pero es posible”, resumió García.

Marea dirigió críticas más concretas a la indefinición de los planes municipales en los muelles urbanos y a la vinculación de la reactivación económica a la que se refiere Rey con “licencias de obra”. “En políticas urbanísticas vemos una restauración del vazquismo”, censuró la portavoz, que lamentó que el Gobierno local “dialogue más con los promotores que con las entidades vecinales” afectadas por desarrollos.

El BNG también advierte “un retorno a las políticas del pasado en el urbanismo” que, en su opinión, demuestra el proyecto de As Percebeiras en Labañou y “la ambigüedad” respecto al futuro de los muelles de San Diego. Los nacionalistas reprochan al Ejecutivo del PSOE “la falta de un proyecto claro de ciudad”, la “ineficacia en la gestión del día a día” y la “tendencia a la inestabilidad institucional”, que advierte en el cese de la edil Eva Acón y en los cambios en el departamento de Cultura.