El planeamiento urbanístico de la ciudad incluye un Catálogo de Protección con elementos arqueológicos, etnográficos y arquitectónicos que cuentan con la consideración de ser conservados en atención a sus valores y características propios con independencia de la regulación zonal del entorno en el que se ubiquen. En noviembre del año pasado el pleno aprobó de forma provisional la inclusión de una decena de edificios en ese catálogo, entre ellos el antiguo edificio del concesionario de Citroën en la avenida de Oza, la escuela Pablo Picasso o el conjunto de viviendas de Os Mariñeiros. El Gobierno municipal propone ahora la incorporación de otros elementos, cuestión que analizará hoy en la comisión de Urbanismo.
Se trata de edificios residenciales, fuentes, capillas, restos arqueológicos, rampas y muelles; un total de 36, recogidos en un borrador al que podrán aportar sugerencias los grupos municipales. Marea Atlántica promovió la ampliación del catálogo del plan general cuando gobernaba; ahora el PSOE, en diálogo con la oposición, tiene en sus manos la voluntad de seguir protegiendo elementos urbanísticos singulares de la ciudad.
El ejemplo de la nueva lista que más controversia puede crear es la Lonja del Gran Sol, sobre la que el Gobierno local dijo a finales del año pasado que elaboraría un nuevo informe sobre sus valores arquitectónicos con el fin de impulsar su protección. El antiguo edificio de la lonja, de 252 metros de longitud, perdió su uso original en 2004, cuando empezó a funcionar el nuevo, y la Autoridad Portuaria y Puertos de Estado se manifestaron en noviembre pasado en contra de su catalogación, ya que señalaban que se encuentra en la zona de servicio del Puerto y mantiene fines portuarios, dado que en su interior hay almacenes y oficinas. La entidad coruñesa cambió de presidente hace medio año y se desconoce de momento si mantiene su rechazo a la protección del edificio, ya que, según sus fuentes, esperará a analizar el expediente en cuanto lo reciba.
El apartado de nuevos elementos de valor arquitectónico del borrador propone inmuebles aislados o conjuntos de edificios contiguos de los que se destacan distintas características: molduras, remates, cornisas, ventanas, muros, galerías, materiales, carpintería o su enclave en la ciudad. Por estos aspectos se incluyen construcciones residenciales en uso o desocupadas en zonas como A Falperra, As Atochas, Monte Alto, Sagrada Familia, Os Mallos y Eirís. Otra está en la carretera de Santiago antes de llegar a Portazgo y se la conoce como pazo da Peregrina: se trata de varios edificios que tuvieron uso residencial y que en la actualidad lo tienen hostelero y de espectáculos; ya que en el lugar estuvo abierta durante muchos años la discoteca Oh Coruña.
El bloque arquitectónico resalta del Observatorio Meteorológico su diseño funcional y el valor de la escalinata de doce tramos desde la calle Gregorio Hernández; de la rampa de A Palloza, que se trata de la última visible de un sistema de media docena de rampas del frente marítimo en la zona que partían desde Santa Lucía; y de los muelles y embarcaderos de As Xubias, subraya su valor patrimonial como construcción marítima preindustrial de conexión con la ciudad. También se proponen una vivienda agraria preindustrial abandonada en la calle Castaño de Eirís y una vivienda individual de la avenida de Monelos en el ámbito del Camino Inglés.
El borrador incluye tres fuentes centenarias, todas con diseño idéntico con pequeño frontón en el parque de Oza, en la calle Montes y en As Xubias de Abaixo. De las tres se destacan sus “cuidadas proporciones de estrecho muro de perpiaño, acabado por un frontón de inteligente despiece”.
El documento que hoy estudiarán los grupos municipales se completa con la propuesta de catalogación de diez elementos arqueológicos, entre ellos tres capillas adscritas a la Edad Moderna de las que quedan vestigios en el entorno de la plaza de España, una de ellas en el interior del colegio Grande Obra de Atocha; y el denominado Viaxe de Visma, un sistema de captación y traslado de agua de comienzos del siglo XVIII que comenzaba en la zona de la calle San Andrés y del que hoy se conservan algunos restos en el Paseo de los Puentes, la calle Almirante Mourelle y el barrio de San Pedro de Visma.
Si la Corporación local promueve la protección de estos nuevos elementos se produciría una modificación del catálogo del plan general mediante la aprobación en el pleno de la incorporación de las construcciones. Los diez edificios que los grupos respaldaron como novedades en el catálogo a finales del año pasado fueron el edificio Citröen, el número 28 de la calle Juan Flórez, el Banco del Noroeste, la escuela Pablo Picasso, el edificio Pou en Fernando González, los grupo de viviendas de Os Mariñeiros y Claudio San Martín, el número 43 de Fernández Latorre junto al hotel Plaza, las casas unifamiliares de la calle Padre Sarmiento y el edificio Cooperativa de Alféreces.