Cuando a finales del año pasado Puertos del Estado y la Autoridad Portuaria de A Coruña expresaron su rechazo a la catalogación de la Lonja del Gran Sol dentro del plan general municipal argumentaron que su pretendido blindaje patrimonial no podía interferir en las competencias portuarias del edificio. “Su protección no es compatible con su explotación portuaria”, señaló el Puerto, que además interpretó la propuesta municipal de protección como una “desviación de poder” del Concello. El Gobierno local y la oposición estudiaron ayer en la comisión de Urbanismo la inclusión de 36 elementos arquitectónicos y arqueológicos en el Catálogo de Protección del plan general, entre ellos la antigua lonja, para la que el Ejecutivo propone adecuar su nivel de catalogación para “garantizar que la protección sea compatible con sus actividades portuarias”, ya que en la actualidad tiene oficinas y almacenes.

Este planteamiento coincide con el del grupo del BNG, que demanda que para ello se pongan de acuerdo el Concello y la Autoridad Portuaria. La entidad, consultada por este periódico, aclaró este martes que analizará el expediente sobre la protección del edificio cuando lo reciba.

Marea Atlántica considera que el nivel de catalogación que se le propondría dar a la lonja (II, estructural) es “menor del previsto” a consecuencia de las trabas a su catalogación por parte de Puertos y el Puerto. El grupo municipal insta al nuevo presidente de la entidad coruñesa, Martín Fernández Prado, a que “cambie de actitud y asuma la protección de la Lonja del Gran Sol,” para lo que propone modificar el plan especial de ordenación de la zona de servicio del puerto catalogando el edificio como patrimonio a proteger.

La propuesta del Gobierno local con 36 nuevos elementos susceptibles de protección sucede a la aprobación provisional, a finales de 2020, de la inclusión de diez edificios o conjuntos de inmuebles en el catálogo del plan general, entre ellos el antiguo concesionario de Citroën en la avenida de Oza y la escuela Pablo Picasso. Para la mayoría de los elementos del nuevo listado, el Ejecutivo propone una protección ambiental (nivel III), que permitiría compatibilizar tal blindaje con obras de reforma y rehabilitación integral interior y al mismo tiempo garantiza su protección patrimonial.

El Concello informa de que está estudiando una modificación urbanística puntual relativa al Camino Inglés que fue aprobada de manera inicial en un pleno de 2016 para poder ser incluida en el documento. De los 36 elementos que el Gobierno local propone, 23 son elementos arquitectónicos que corresponden a la época racionalista de los años 30 e 40, y el resto, diversos elementos etnológicos y arqueológicos, como fuentes, capillas, muelles y restos. Los grupos municipales pueden hacer aportaciones sobre los elementos propuestos en el borrador. El PP considera que el texto está aún “muy verde” y apunta que hasta después del verano no será llevado al pleno.