Un edificio para dar cobijo a los vehículos de la Seat, otro para la Citroën. El más singular de entre todos ellos, para albergar las máquinas de la fábrica de Coca-Cola. La arquitectura industrial nunca ha sido una materia lo suficientemente valorada por la población en general ni por los arquitectos en particular. Quien sí supo ver la necesidad de conjugar funcionalidad y estética fue el coruñés Andrés Fernández-Albalat Lois, que, aunque fallecido hace dos años, se fue dejando en la ciudad una huella imborrable capaz de sobrevivirle.

Construcción del edificio Ocaso, en la plaza de Pontevedra. | // CEDIDA Marta Otero Mayán n

Ahora, colegas y admiradores buscan dar a conocer el patrimonio que dejó el creador en la obra Albalat Arquitecto. Materiales de archivo: obra coruñesa (1959-1999)’, la que será su primera monografía y que desgrana las aristas de su múltiple y diversa obra coruñesa, así como el pensamiento que inspiro estas manifestaciones. “El libro sale a raíz de la exposición que ser hizo el año pasado en la Semana de la Arquitectura. Se centra en la obra que tiene en A Coruña, que era su ciudad”, explica el coordinador de la edición, el arquitecto y profesor de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura Antonio Río. La edición, impulsada por el Concello, elabora un retrato del arquitecto, su obra, inspiraciones, técnicas y principios a través de los ojos de 20 compañeros de profesión, con prólogo de la alcaldesa, Inés Rey.

Dibujo del hospital San Rafael, incluido en el libro. | // CEDIDA Marta Otero Mayán n

“Aparecen las obras más conocidas, como la Seat, la Citroën, la Coca-Cola o el centro de cálculo de la Caixa Galicia, pero también otras que lo son menos, como el hospital San Rafael, o la sede del casino de los Cantones”, desgrana Río. La ciudad de las Rías, la sociedad urbana del futuro que Albalat soñó y enunció en el discurso con el que ingresó en el Instituto Cornide tiene, también, espacio en el libro, aunque nunca llegó a culminarse ni a estudiarse siquiera.

Se trata del primer estudio completo de la obra de Albalat, que, aunque se centra en el término municipal de A Coruña, plantea una muestra lo suficientemente representativa como para dejar patente el valor del conjunto de su legado. “El libro se estructura en varias partes. Hay una visión general sobre su persona, su recorrido y su formación. Hay otro aspecto que se centra en como entiende el urbanismo, hay otro dedicado a la vivienda, otro a su relación con el arquitecto Richard Neutra...”, enumera Río.

Los aspectos constructivos y la difusión de su obra son otros elementos que llenan algunas de las páginas, que dan testimonio del carácter vanguardista que introdujo el arquitecto en la arquitectura gallega, con gran peso e influencia del movimiento moderno, que llegó a Galicia, en gran medida, de la mano de Albalat. “Se tiene muy en cuenta el valor de la arquitectura industrial, porque como es algo meramente funcional, a veces pierde ese carácter patrimonial que tiene la arquitectura histórica”, reflexiona el arquitecto. Un primer paso para darle a la figura de Andrés Fernández-Albalat el reconocimiento que su herencia arquitectónica merece. “El año pasado nos dimos cuenta de que había estudios de varios tipos, pero todos desperdigados, no había ninguno centrado de manera monográfica. Juntamos a toda la gente que fue estudiando su obra en este libro”, explica Antonio Río.