Una de las aproximadamente 3.000 palomas mensajeras portuguesas que se perdieron el pasado fin de semana cuando disputaban una competición fue localizada en el cementerio de San Amaro, donde fue recogida ayer por personal del Centro de Recuperación da Fauna Silvestre, con sede en Oleiros. Responsables de esa instalación explicaron que las palomas anilladas son consideradas animales domésticos, por lo que el centro no se hace cargo de ellas, ya que son los ayuntamientos los que tienen las competencias sobre su protección, de forma que será el Concello coruñés el encargado de contactar con el propietario del ave encontrada en el camposanto.

La paloma, dentro del transportín. Casteleiro/Roller Agencia

El animal llevaba varios días en la zona donde se hallan las tumbas cavadas sobre la tierra y fue vista por una mujer, Maica González, que se sorprendió de su comportamiento, ya que durante ese tiempo no se movió del lugar en el que se encontraba. “Intenté darle un poquito de pan y fue cuando me di cuenta de que no era una paloma normal”, explicó, ya que advirtió que en las patas tenía “una argollita con letras o números”.

En ese momento comprendió que se trataba de una de las palomas portuguesas que se perdieron a causa de un intensa tormenta cuando viajaban entre el Algarve y Oporto, ya que había visto una información sobre este hecho en la televisión. Los fuertes vientos hicieron que la tercera parte de las 10.000 que participaban en la prueba se extraviaran y que aparecieran en diferentes puntos de Galicia y Asturias.

Preocupada por el estado de la paloma, Maica González le dio comida para pájaros, que aceptó, pero sin que esto la hiciera variar su conducta, ya que se negaba a moverse del lugar donde estaba y no quería acercarse a otras palomas. Tras varios días de observar este comportamiento, su experiencia en el socorro a otros animales la animó a ponerse en contacto ayer con el Centro de Recuperación da Fauna Silvestre, donde le informaron que una persona acudiría al cementerio a recoger a la paloma.

A primera hora de la tarde llegó el operario, que capturó al ave con la ayuda de una red y la introdujo en un transportín para trasladarla hasta Oleiros. El centro recogía palomas anilladas en el pasado e informaba posteriormente a colombófilos coruñeses, pero la falta de capacidad de sus instalaciones, que deben albergar a animales recogidos en toda la provincia, hace que en la actualidad estas aves sean puestas a disposición de los ayuntamientos, los cuales se encargan de avisar a los propietarios.

Las palomas que tomaron parte en la carrera celebrada el pasado fin de semana en Portugal cuentan con una anilla de color en una pata en la que aparece su fecha de nacimiento y su origen portugués, mientras que la anilla de la otra pata porta un microchip que permite su identificación. El extravío de palomas durante las competiciones es habitual porque algunas de ellas sufren golpes o el ataque de aves de presa a lo largo del vuelo, pero la pérdida de un número tan elevado como el ocurrido en la prueba disputada en tierras lusas es considerada anormal.