Cualquier persona que se pasee por la mañana por la plaza de María Pita, se encontrará frente al Ayuntamiento a los agentes de la Policía Local que se manifiestan para exigir mejoras en el servicio. Cada día se une uno. Hay quien lleva sillas de camping o de playa para pasar horas junto al Palacio municipal. Incluso uno de ellos acude a la manifestación con su perro. Para los que no tienen sillas o se la olvidan, la solución está cerca, en las terrazas de los bares que rodean toda la plaza. Los hosteleros no tienen problema en ceder parte de su mobiliario durante unas horas para ayudar a estos agentes, que a las doce en punto las devuelven.