“¿De qué año son tus billetes?”, “¿Cuánto dinero vas a cambiar?”. Frente al Banco de España, ayer, estas fueron algunas de las preguntas más repetidas por todos aquellos que esperaban su turno para cambiar las pesetas que todavía guardan por euros. La nueva moneda llegó a España hace casi 20 años, pero todavía hay alguno que guarda tesoros de la antigua, ya sea como un recuerdo o por pereza. Sin embargo, ahora se ha activado la cuenta atrás, porque el Banco de España ha fijado mañana, a las 14.00 horas, la fecha límite para hacer el cambio. “Nos enteramos por la televisión de que ya eran los últimos días y aún tenemos dinero de los abuelos”, explican Manola y Sinda, que han tenido que viajar desde Pontevedra, pues de toda Galicia, solo en A Coruña se pueden hacer estos trámites.

4

Colas en A Coruña ante el Banco de España por el fin del plazo para cambiar pesetas Víctor Echave

Aunque por temas de coronavirus y de agenda el Banco de España recomienda pedir cita previa, la mayor parte de los que ayer se acercaron al edificio de Durán Loriga con sus pesetas no tenían una hora confirmada. “Vi el anuncio en la fachada y traje las 50.000 pesetas que encontré en el armario de mi padre”, desvela Mari Carmen Pereiro. Los billetes son de 1979 y estaban dentro de una hoja de periódico, por lo que pasaron desapercibidos durante años. “Lo que más me duele es que ese dinero no lo disfruten mis padres, que ya no están. Mi hijo revisó sus cosas y lo encontró”, señala.

Hubo quien no se llevó sorpresas tan agradables, como una joven de Bueu, que al presentar un billete de 5.000 pesetas se enteró de que era falso. Aprovechó la visita, no obstante, para cambiar también dinero que una vecina todavía guardaba por casa. “Lo guardas y queda en un cajón. Hasta ahora, que hay que cambiarlo”, comentaba Luis en una cola que se mantuvo llena hasta el cierre de la oficina, a las dos de la tarde, por lo que se espera que hoy y mañana también se acerque mucha gente. “Todo para el último día”, dijo una viandante al ver la fila desde la acera de enfrente.

Desde Ourense se desplazó Abel Suárez, que “por dejadez” aplazó el cambio hasta las últimas horas. “Tengo 75.000 pesetas. Esto hace 40 años era mucho dinero”, indica, y recuerda cuando “con menos de 5.000 pesetas” un tío suyo le regaló “un Scalextric”. Esa fue otra de las conversaciones más repetidas ayer, cómo ha cambiado la vida y el valor del dinero. “Haciendo reformas, encontramos un bote con estas pesetas. Lo fuimos dejando y entre la pandemia y que hay que venir A Coruña, se nos fue el tiempo”, asume Suárez, que durante la espera adquirió un billete para él desconocido. “No soy coleccionista, pero se lo vi y me gustó”, explica. Otro tesoro que no regresa al Banco de España, que en abril estima que el valor de las pesetas no canjeadas asciende a 1.586 millones de euros.

Monedas desde 2002 y billetes a partir de 1939

Algunas personas que ayer hicieron la cola para canjear en las pesetas por euros regresaron a sus casas con el mismo bote, que les servirá como recuerdo. Y es el que el Banco de España solo admite las monedas que estaban en circulación desde 2002. Para los billetes también pone un límite, los posteriores a 1939, por lo que los de la Guerra Civil y anteriores tampoco se pueden pasar a euros. De todos modos, aquellos que todavía tienen billetes del periodo comprendido entre el 36 y el 39, pueden presentarlos en el Banco para que expertos los analicen y decidan si se pueden canjear.

Coleccionistas en busca de tesoros

La numismática atrae a muchos, por eso ayer en la entrada del Banco de España no solo había gente dispuesta a cambiar pesetas por la moneda actual. También se acercaron coleccionistas con la intención de conseguir monedas o billetes antes de que estos regresasen a la sucursal. Un hombre entregaba folletos sobre su negocio a aquellos que se ponían a la cola para que antes de nada se planteasen la opción de vender y, además, ahorrarse la espera. Anunció que lo que le interesa son los billetes de la Guerra Civil, aunque aparecieron también de la Segunda República, lo que sorprendió a más de uno. “Por un billete de mil pesetas te dan seis euros y yo te doy 50”, decía, como reclamo.