La asociación de vecinos Castrillón-Urbanización Soto “IAR” celebró el pasado jueves una asamblea en la plaza de Pablo Iglesias sobre el futuro del complejo deportivo del barrio, construido por el Ayuntamiento y todavía pendiente de apertura. Según la organización, los más de 100 vecinos asistentes acordaron por unanimidad recoger firmas para pedir la apertura inmediata del equipamiento y su “gestión directa, pública y municipal”, pues el Gobierno local planea cederla a una concesionaria junto con el polideportivo de San Diego.

De acuerdo con la asociación vecinal, pasar la gestión a una empresa va a suponer “una peor calidad de los servicios”, que será “todavía peor” si se licita conjuntamente con el de San Diego. Este último centro lo lleva una empresa en prórroga forzosa de contrato.

Pese a la decisión del Gobierno local de externalizar la gestión, un informe de 2020 de la concejalía de Deportes señalaba que la asunción directa de esta por parte del Ayuntamiento sería “la más acertada” y que permitiría aumentar los servicios de natación y rehabilitación municipales. También consideraba que el centro, por sí mismo, era poco atractivo para un licitador.