Decían los comentaristas del partido España-Suiza que había muy poco público ibérico en el estadio ruso de San Petersburgo. Pero detrás de una de las porterías, una bandera gallega ponía una nota de celeste... Con la estrella roja del nacionalismo gallego. No podemos dejar de preguntarnos por su propietario. ¿Un independentista emocionado con la Roja, como en Gora España? ¿Un galaico expatriado en la tierra de Guillermo Tell? ¿O quizás un ruso nostálgico de la URSS?