La muerte de Samuel Luiz ha desencadenado una ola de repulsión entre la clase política nacional. Si el lunes el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, publicaba en su perfil de Twitter que esperaba que se identificase “pronto” a los autores de la muerte y censuraba lo que calificaba de “acto salvaje y despiadado” , ayer el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, señaló en la Cadena SER que se encontraba “impactado y consternado” ante un asesinato “brutal e irracional” para el que, afirmó, “no hay ninguna explicación”.

También indicó que no se atrevía a tipificarlo como un problema de homofobia, pues afirmó que no conocía la orientación sexual de la víctima “ni creo que tenga absoluta relevancia”, aunque, añadió, si es un delito de odio se sabrá en lo sucesivo. Esto provocó las críticas de la líder del BNG, Ana Pontón, que opinó que “sí que importa cuál es la causa que hay detrás de ese asesinato” y afirmó que esta fue “la homofobia”, por lo que llamó a Feijóo a rectificar.

El secretario general del PSdeG, Gonzalo Caballero, condenó la muerte ya el lunes y sostuvo que no es aceptable “vivir con esos niveles de crispación, odio y violencia en la sociedad”. PP, BNG y PSdeG acordaron ayer preparan una declaración institucional de la Cámara autonómica para expresar su repulsa al crimen condenar cualquier tipo de delito violento de odio.

También hubo una reacción de repulsa en el Parlamento Europeo, pues una treintena de eurodiputados, en su mayoría españoles, se concentraron el lunes en el patio de la sede de la Cámara, en Estrasburgo (Francia). Hubo representantes de PSOE (que promovió la manifestación), Unidas Podemos, PP, Ciudadanos, PNV y ERC. El portavoz del PSOE en la Eurocámara, Javier Moreno, afirmó que “esa barbarie no cabe en nuestra sociedad ni en la Europa que defendemos”.

A estos se suman mensajes de condena de otros partidos y de ministro, tanto del PSOE como de Podemos. Entre los que hablaron ayer está María Jesús Montero, portavoz del Gobierno y ministra de Hacienda, que mostró su apoyo a las concentraciones de repulsa que se realizaron el lunes por todo el país, a las que se refirió como “personas que han salido a las plazas para mostrar su profundo rechazo frente a la homofobia y frente a actitudes que fomenten el odio o la violencia”. El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, señaló que “están abiertas todas las hipótesis” sobre la muerte, que calificó de “asesinato” al tiempo que pedía “sosiego”.