El mapa de locales vacíos para alquiler del Concello muestra 672 inmuebles en esa situación en la ciudad, pero el Ayuntamiento admite que no cuenta otros bajos que están también sin uso pero en otras situaciones, en venta o simplemente cerrados. La Asociación de Emprendedores de Galicia (Ascega) calculó el año pasado que en las áreas que cubren los códigos postales 15001 a 15005 había entre 900 y 1.000 bajos vacíos, y otro estudio pendiente de publicación entre el 15006 y 15011 cuenta 378 locales vacíos y estima que existen “muchísimos más”. Un trabajo de la Federación Galega de Empresas Inmobiliarias (Fegein) contabilizaba 1.100 locales sin alquilar a finales de 2019. Los comerciantes, emprendedores y administradores de la propiedad, así como la oposición, reclaman iniciativas municipales para dar vida a estos locales, si bien con discrepancias acerca de las medidas a adoptar.

De acuerdo con el secretario de Ascega, Pablo Ruiz, la oferta de locales en A Coruña tiene dos velocidades: en las zonas más demandadas hay inmuebles vacíos “porque están caros, no por falta de ganas de emprender”. Pero en otras partes los inmuebles no resultan atractivos, pues para los negocios de venta al público no son viables los locales en calles sucias, estrechas o con poco tránsito.

El camino para que se ocupen, para Ruiz, pasa por revitalizar las áreas en las que están y flexibilizar las licencias: “si el Ayuntamiento hace campañas para dinamizar determinada zona, esa zona se ocupa”, explica. Pone como ejemplo la plaza de la Cormelana, pues “la peatonalizaron, dieron licencias y ya es una zona de referencia de la hostelería”.

Pero para José Luis Boado, presidente de la Federación Unión de Comercios Coruñesa (FUCC), cuando mejora una zona, los propietarios suben los precios, y “desde la reforma de la calle de la Torre hubo alquileres que pasaron de unos 450 euros a más de 700 u 800, casi el doble”. Hay “muchos locales apetecibles”, opina Boado, que no se ocupan porque los propietarios reclaman “una renta excesiva” por ellos. Así, aunque Boado alaba la iniciativa del censo de locales (encargada por el Ayuntamiento a una empresa privada con fondos del Presco de 2020), cree que es necesario que se expanda y que la Administración ofrezca un estudio sobre precios medios.

Boado, que ya ha reclamado en anteriores ocasiones una regulación del mercado de alquiler, considera que es necesario “ajustar el precio de los locales, que no puede estar tan libre”, pues algunos propietarios reclaman remuneraciones que no permiten mantener un negocio.

Una lectura parecida del problema es la del presidente del Colegio Oficial de Agentes de la Propiedad, Herminio Carballido, aunque discrepa en las soluciones. Señala que “ya no se pueden cobrar las rentas que se estaban cobrando” y recomienda a sus colegiados que hagan “recapacitar a los propietarios y aquilatar los precios a la situación actual”. Se muestra, sin embargo, contrario de “forma total y absoluta” a “marcar precios”, algo que ve peligroso.

Para Carballido, ”va habiendo un decaimiento del comercio en la ciudad” ante el empuje de los centros comerciales, y las iniciativas que estimulan la compra en el barrio no están funcionado. Reclama al Concello ayudas para abrir nuevos negocios, así como incentivos para hacer reformas y adecuar locales: “el Ayuntamiento tendría que tener un departamento exclusivo para los pequeños negocios, se lo he propuesto pero parece que no está funcionando”.

Propuestas políticas

Sobre las iniciativas previstas para devolver la vida a los bajos sin uso, fuentes del Gobierno local señalan la actualización del mapa de inmuebles para alquilar. El actual, que se puede consultar en la web municipal, ofrece una foto de finales del año pasado. El principio de acuerdo del Presco destina 30.000 euros a renovarlo.

En la oposición municipal, Marea Atlántica ha presentado una iniciativa denominada Mover os baixos, en la que reclama la creación de un banco de bajos en alquiler, con “precios razonables” y garantías para arrendadores y arrendatarios; la compra directa de locales por parte del Ayuntamiento para alquilarlos a comerciantes; y ayudas de hasta 15.000 euros para nuevas actividades en inmuebles que estén en desuso.

El BNG, que reclama la creación de un banco de locales desde 2012, presentó en 2019 una moción en este sentido, reclamando que se ofertasen bajos a precios tasados. En la propuesta también pedía elaborar un censo de inmuebles vacíos e impulsar la asesoría y formación, entre otras medidas encaminadas a ayudar al sector. En cuanto al PP, pide bajadas de impuestos para los comerciantes y ayudas para pagar los alquileres y adecuar los locales a las medidas por el COVID.