Cuando uno va al médico o a hacerse una prueba, es cierto que nunca sabe cuánto va a tardar, así que, cada uno se entretiene como puede o como mejor sabe. Esta semana, al covidauto de O Ventorrillo acudió una joven como copiloto, que no dejó de calcetar hasta el momento en el que le tocó a su compañera hacerse la prueba. En el recinto ferial, sede por excelencia de la vacunación en la ciudad, el gesto que más repiten los recién inmunizados es el de hacerse una foto en la sala de espera, con la tirita puesta. Algunos, los que van hacia la parada de taxis pueden, incluso, celebrar el momento, con algo dulce si el carrito de los helados tiene la ventana abierta.