En 32 años de historia, la Universidade da Coruña (UDC) ha visto pasar por sus clases a 100.000 titulados. El rector, Julio Abalde, anuncia la cifra con orgullo. Estudiantes que son pasado, presente y también futuro de la institución. Con el objetivo de unirlos y reforzar la relación y el trabajo entre ellos nace Alumni UDC, la nueva Asociación de Antiguos Alumnos y Alumnas de la Universidade. “Queremos crear comunidad”, insiste.

Cada uno de esos 100.000 egresados tiene su propia historia en la UDC: las aulas, los exámenes, las fiestas, las horas muertas en la cafetería y las amistades que, en algunos casos, se convirtieron en historias de amor. El ingeniero informático Francisco Servia, Sénior Product Manager en Amazon, preside esta asociación de exalumnos que comparten el “sentimiento de pertenencia” a la institución. “Esto nace de los alumnos para los alumnos y servirá de nexo de unión”, explica. Su carrera profesional se desarrolló entre Suecia y Madrid, pero A Coruña y su Universidade siempre le han acompañado, y para todo aquel que no sepa donde se encuentra tiene las palabras clave: “Deportivo e Inditex”.

El nuevo ente, que también ha estrenado página web, servirá no solo para mantener en contacto a estos antiguos estudiantes sino también para facilitar la transferencia de información y ofrecer herramientas para el desarrollo profesional, empresarial y personal. “Era una asignatura pendiente. También queremos trabajar el mecenazgo, como pasa en otras universidades. Aquí hay poca cultura de dar y de pedir”, comenta el presidente del Consello Social de la UDC, Antonio Abril.

Entre los que ayer participaron en la presentación de la asociación en el Rectorado hay quien todavía recuerda los primeros pasos de la Universidade da Coruña en los años 90, cuando los estudiantes de Derecho acudían a clase a la Escuela de Náutica. Uno de ellos es Óscar García Maceiras, secretario general de Inditex, que conoció a su mujer en aquellos pasillos. “Fueron unos años muy felices con una formación muy sólida. Estoy orgullosísimo de ser licenciado por la UDC”, confiesa. La conselleira de Infraestructuras de la Xunta, Ethel Vázquez, también estudió en A Coruña, pero eligió la Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos. “Estábamos en un laboratorio de la Demarcación de Carreteras de Arteixo porque el campus de Elviña apenas existía”, recuerda, y apunta: “Éramos 60 alumnos, como una familia, y ni siquiera teníamos cafetería”

También la arquitecta Cristina Sánchez encontró el amor en la facultad. Se licenció hace diez años y tras una etapa profesional en Tokio creó su firma de joyería Sansoeurs. “Lo bueno de la Universidade es que te forma para muchas cosas”, sentencia.

Historias que demuestran que nunca se sabe donde puede acabar uno. Ahora alcaldesa, Inés Rey ya destacaba en la facultad de Derecho como representante de los alumnos. “En esa etapa no solo te formas académicamente, también vas madurando. Ya se veía que iba a ser peleona”, bromea. Rey reconoce que “no iba a botellones” y al echar la vista atrás asegura que “uno de los mejores profesores fue Xulio Ferreiro”, que también acudió ayer al Paraninfo. La enfermera Alejandra Lorenzo, directora territorial de Enfermería de HM Hospitales Galicia, lo tiene claro: “La UDC nos dio la oportunidad de mejorar”.

Muchos guardan en su memoria anécdotas “que no se pueden contar”, pero todos reconocen que el recuerdo en aquellas clases es imborrable. García Maceiras no ha olvidado los “nervios” ante su examen oral con Portero Molina en un salón de actos que espera lleno, pero “en el que solo estaba el profesor”. Alejandra Lorenzo se ríe al pensar en aquel “brote de sarna” que se desencadenó tras tratar a un paciente en sus prácticas y Rey todavía se sonroja por aquel día en el que confundió a su profesor de Derecho Penal con un estudiante de los comités. Repaso a unas historias que ahora tienen un nexo de unión: Alumni, que en septiembre prevé organizar su primera actividad.