Las islas Cíes, piezas fundamentales del patrimonio natural gallego, se trasladan a Venecia para ser estudiadas por los futuros arquitectos de una de las urbes más singulares de Italia. La conexión entre ambos territorios la ponen cinco arquitectos de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de A Coruña (Etsac), que fueron los encargados de trasladar a los alumnos de la Universidad de Venecia las particularidades de este patrimonio.

La escuela coruñesa, como integrante de la Red europea de Universidades para la implementación de la Convención Europea del Paisaje, Uniscape, forma parte de la organización del proyecto El paisaje del agua, que propone el análisis, por parte de futuros arquitectos venecianos, de algunas de las islas más conocidas del globo: desde Pascua hasta Cíes, pasando por Menorca o Lanzarote. Con este propósito, los arquitectos y profesores de la Etsac Cristóbal Crespo, Felipe Peña, Juan Prieto, Emilio Rodríguez y Luis Walter Muñoz se mudaron a la ciudad de los canales durante tres semanas para instruir a los alumnos sobre la riqueza de las islas.

El objetivo primordial del taller, además de dar a conocer el conjunto insular, fue estimular a los propios alumnos a “dibujar sobre las islas”, como explica Felipe Peña, y que ellos planteasen sus propios proyectos en el lugar, respetando siempre el grado de protección del que goza el parque natural. “Se trataba de aplicar los conocimientos que se tienen sobre un espacio. Algunas veces habrá que protegerlo totalmente, y otras, compaginar esta protección con el uso”, refiere Peña.

Lo primero, explica, fue enseñar a los estudiantes la singularidad de las islas y los usos científicos, turísticos y deportivos a los que están sujetas a día de hoy. “Queríamos que las conociesen, que supiesen que son un espacio natural muy protegido en un entorno urbano muy denso, como es el eje atlántico Ferrol-Oporto, cuyos habitantes quieren disfrutar de ellas; que allí ahora no vive nadie y que hay un turismo científico, y un pequeño turismo bastante restringido, con lo que un camping podía ser buena idea”, relata Felipe Peña.

La mayoría de los proyectos de los alumnos, que dedicaron las jornadas que duró la formación a idear sus propias maneras de transformar las islas, fueron respetuosos con el carácter patrimonial del conjunto, y se basaron en buscar soluciones poco agresivas con el paisaje: desde modelos de alojamiento alternativos, hasta sendas para observar las aves, pasando por faros o reformas de elementos que hoy en día están presentes en las Cíes, como el embarcadero o el restaurante. “Hubo quien hizo un paseo panorámico con un sendero para observar las vistas, que casi no las modifica; otros que plantean nuevas orientaciones que van buscando los antiguos faros, u otro que construye un hotel en lo alto de una de las colinas, que imita los hexágonos de la Calzada de los Gigantes”, ejemplifica el arquitecto.

Uno de los más originales lo puso un alumno que ideó una suerte de bungalós con forma de diamante repartidos en distintas localizaciones de la isla, lo que daría una impresión de camping disperso en forma de tesoro escondido. El colofón de este proyecto, que cuenta con el patrocinio y la ayuda económica del Concello de Vigo, es componer un libro con las aportaciones, así como una posible exposición de los trabajos que podrá emplazarse en la Escuela de arquitectura coruñesa o en la ciudad de Vigo.