La Mostra Internacional Area de Teatro (MIAT), que llena desde hace tres años la playa de San Amaro con aficionados al arte dramático que acuden a presenciar representaciones en el arenal, surgió de un paseo nocturno del expresidente del Club del Mar, Ángel Garmendia, y el director de la compañía de teatro Noite Bohemia, Javier Mariño. Según cuenta el segundo, una noche que salían del club alguien comentó que la playa “tiene forma de teatro romano”, y, con la ayuda del Ayuntamiento, improvisaron en poco tiempo una representación. Fue un “rotundo éxito”, con el público llenando los accesos y quizás un millar de espectadores. Este año, el festival acomete su edición más ambiciosa, con cuatro compañías profesionales y amateur que actuarán en el arenal desde ayer hasta este domingo. Será, en palabras de Mariño, un año de “madurez” del festival, para consolidarlo como una cita del panorama cultural del verano coruñés.

Pues, con el tiempo, ha ido creciendo. Tras la única actuación del año inicial, Noite Bohemia volvió a la playa al año siguiente con una nueva obra. En 2020 había dos compañías invitadas, pero las restricciones por la pandemia hicieron que solo llegase una de ellas. Este año no habrá apoyo del Club del Mar, pero, señala Mariño, el Ayuntamiento “se ha volcado al 100%” a nivel financiero para que sea posible traer a cuatro compañías al arenal, con una programación que “toca todos los palos” del arte dramático, desde espectáculos musicales a actuaciones para público infantil o un guiño a la comunidad LGTBI.

Pero, ¿cómo es hacer teatro en la playa? “Muy mágico, algo muy especial” explica Mariño, pues no es lo mismo declamar en un teatro que hacerlo con el golpeteo rítmico de las olas y la oscuridad de la bahía coruñesa de fondo. La situación de San Amaro, recogida, hace que la acústica sea “bastante buena” y la brisa del mar impulsan las palabras de los actores hacia el público.

La inauguración en el año actual de este escenario corrió a cargo de la Escola Galega de Teatro Musical, que interpretó su obra musical O Candil. Basada en el cancionero popular gallego y con un “toque de cabaret”, permitió, según Mariño, inaugurar el festival “con alegría y contenido un poquito reivindicativo”, pues la compañía rescata el folclore para poner en valor el papel de la mujer en la Galicia tradicional.

Hoy recoge el testigo la compañía Galeatro, que actúa, como en resto de sesiones del festival, a las 22.00 horas. La formación carballesa trae su obra Carabela, orientada al público infantil, que otros años “teníamos un poco olvidado”, admite Mariño. También tiene una orientación ecológica y de concienciación, pues habla del empleo abusivo de los plásticos que acaban contaminando los mares. Esta elección, explica el director, trata de “darle un poco de sentido al festival” de manera que interactúe con el entorno, y, aunque de manera lúdica y para toda la familia, aborde una problemática de actualidad.

Mañana por la noche se subirá a los escenarios Noite Bohemia, la espina dorsal del festival. Representará Hécuba, una obra que también se ambienta en una playa, la de Troya, y que, pese a su trasfondo clásico, es un texto de un autor contemporáneo, Juan Mayorga, que adaptó la tragedia original de Eurípides. La mujer que da nombre a la obra, una de las esposas de Príamo, rey de la ciudad anatolia, protagoniza una historia de venganza sobre los que mataron a sus hijos. Noite Bohemia ya la había representado en el anfiteatro de Mérida, pero según señala Mariño, “queríamos llevar este montaje al público coruñés”.

El festival se clausurará el domingo con una actuación de la compañía vasca Skene Teatro, que ya había sido invitada a participar en la edición de 2020 pero tuvo que cancelar el viaje por las restricciones derivadas de la pandemia. El grupo traerá otra obra moderna ambientada en la época clásica, El salto de Léucade, en la que una joven que vuelve a la casa paterna inicia una relación amorosa con su madrastra. El director de Noite Bohemia señala que querían incluir una referencia al colectivo LGTBI, y que la obra, por su ambientación hace dos milenios, permite elevar “la reivindicación de que esos amores” distintos al heterosexual “no son de ahora”, sino que siempre existieron.

Aunque en anteriores ediciones se llegó a tener a más de mil espectadores en la playa, según indica Mariño, este año se ha optado por reducir el número a 300 localidades, 250 en graderío y 50 en butacas. El pasado miércoles las entradas, gratuitas y que se solicitan a través de la página corunacultura.sacatuentrada.es, ya se habían agotado para las tres primeras obras del festival.

Noite Bohemia nació en 2008 como una compañía amateur que integraba a estudiantes del instituto Ramón Menéndez Pidal, y se ha convertido en uno de los grupos juveniles de arte dramático más conocidos a nivel nacional, con una programación estable en teatros de España y del extranjero. Cuenta también con un grupo infantil y otro de mayores de 18 años.