En el periodo de recuperación económica entre 2013 y 2018 aumentaron en A Coruña tanto las desigualdades económicas entre los vecinos como la separación entre los distritos más ricos y los más pobres, una tendencia que se dio en general en las ciudades españolas, de acuerdo con una investigación publicada recientemente en la revista internacional Cities por tres investigadores y profesores del área de Economía Aplicada de la Universidade da Coruña (UDC). Dentro de los 40 municipios españoles que se analizan en el trabajo, todos ellos de mediano o gran tamaño, A Coruña se encuentra en la mitad alta de la tabla en varios índices de polarización económica, y hay más diferencias, en todos los parámetros estudiados, que en Vigo, la única otra ciudad gallega incluida en el trabajo.

De acuerdo con el texto, firmado por Juan Ignacio Martín, Pablo Castellanos y José Manuel Sánchez, la zona más pobre de la ciudad fue siempre la del código postal 15010, Agra do Orzán-Ventorrillo, y el más rico el 15004, el de la zona de los primeros números de Juan Flórez y la iglesia de San Pablo. En 2013, los vecinos de la segunda zona ganaban 1,82 veces más que los de la primera, y en 2018 pasó a ser 1,96. Eso coloca a A Coruña en el puesto número trece entre los municipios estudiados en cuanto a mayores diferencias económicas. En Vigo, donde la cifra también creció durante el periodo, la relación entre los ingresos del barrio más rico y el más pobre fue de 1,66 en 2018.

En desigualdad económica, A Coruña puntúa alto en los dos indicadores empleados en el estudio, el de Theil y el de Gini (en los que el 0 indicaría una igualdad de renta absoluta y el 100 que un solo vecino tiene toda la renta del municipio). En ambos casos se sitúa en el décimo puesto entre los 40 municipios estudiados en 2018, con unas cifras de 22, 7 y 34,8, respectivamente. Vigo ocupa los puestos 19 y 22. En este sentido, los resultados concuerdan con los del índice de Gini elaborados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y publicados por este diario, que señalaban a la ciudad, en 2018, como la que presenta mayor desigualdad entre los siete municipios coruñeses con más población. De acuerdo con las cifras del estudio, los indicadores subieron en A Coruña entre 2013 y 2018; 1,8 puntos el de Theil y 0,8 el de Gini.

Los investigadores combinan el análisis del estudio de la renta por barrios y de la desigualdad entre la población para crear un índice que mide hasta qué punto la desigualdad que hay dentro de una ciudad es segregación territorial; esto es, si las diferencias económicas entre los vecinos los llevan a vivir separados entre zonas más ricas y más pobres. Este indicador, que los autores denominan Índice de segregación de ingresos (ISI) apunta a que A Coruña es la 14ª ciudad más segregada dentro de las estudiadas, mientras que Vigo sería la 26ª. El trabajo, titulado Desigualdad de barrio y segregación espacial: un análisis con datos fiscales de 40 ciudades españolas, señala que la tendencia a la segregación por barrios aumentó en A Coruña entre 2013 y 2018.

Juan Ignacio Martín | Investigador de la Universidade y coautor del estudio sobre diferencias económicas en ciudades

“A Coruña va en dirección preocupante en cuanto a desigualdad y segregación”

“Los niveles de polarización son de los más altos en las ciudades que estudiamos de su tamaño”

La renta en Juan Flórez es casi el doble que la del Agra do Orzán. ¿Cómo es la polarización por barrios en A Coruña en comparación con ciudades de tamaño similar?

Uno presupondría que las ciudades más grandes tienden a estar más segregadas, y es así en Madrid y Barcelona. Pero si las excluimos, no parece haber una relación directa con el tamaño. En cuanto a A Coruña, tiene niveles de polarización de los más altos entre las ciudades entre 100.000 y 250.000 habitantes. Tiene por encima a Alicante, pero por debajo Oviedo, o a ciudades típicas comparables: Vigo, Gijón, Santander...

Su estudio señala un incremento de la desigualdad y también de la segregación económicas por barrios en la ciudad, entre 2013 y 2018.

No podemos hablar de tendencias significativas, pues estamos hablando de un periodo relativamente corto. Pero sí que parece que A Coruña, y otras muchas ciudades, se están moviendo en una dirección preocupante en ambos casos. Estamos hablando de datos de un ciclo de crecimiento, y es razonable un incremento pequeño o moderado de la desigualdad. Pero veníamos de un periodo en el que esta se expandió de manera muy grande, la crisis de 2008-2013. Esto nos revela que la recuperación de la crisis no contribuyó a disminuir un problema que se había agravado durante esta.

¿Por qué es un problema?

Hay infinidad de textos sobre desigualdad que nos hablan del empeoramiento de las condiciones de vida vinculado a su incremento. También del empeoramiento en el funcionamiento de las instituciones democráticas, o de cómo lastra el crecimiento económico. Desde la academia y el FMI hay informes que revelan que disminuye el potencial de crecimiento.

En otro punto se habla de una relación circular entre la desigualdad y la segregación de los vecinos en diversos barrios según su renta.

La segregación engendra mayores niveles de desigualdad. Los habitantes que viven en zonas empobrecidas de las ciudades tienen difícil escapar de ahí, por lo que afecta a la movilidad intergeneracional. Los barrios más desfavorecidos tienden a tener peor calidad de servicios públicos y sus habitantes obtienen menos títulos académicos, lo que socava sus posibilidades de empleo y movilidad social. También afecta de manera negativa a la salud física y mental. No solo porque tengan peores servicios, también por la experiencia de vivir en ese tipo de barrios. Y los vecinos están más expuestos al crimen, particularmente el violento. Por otra parte, aunque es más difícil de medir, está el tema de la discriminación. Si los barrios están segregados, se contribuye a la estigmatización de las personas por la zona de la que provienen.

¿Por qué la riqueza se va concentrando en ciertos barrios?

El principal motor del crecimiento de la desigualdad, y en parte de la segregación, es el origen de la renta. Los hogares de clase media y baja tienden a percibir la mayor parte de sus ingresos de su trabajo. A medida que vamos a barrios y hogares más ricos, aunque los ingresos de trabajo sigue siendo mayoritarios, a lo largo de este periodo una proporción cada vez mayor proviene de rentas de capital o mixtas de trabajo y capital. Las rentas del trabajo durante el periodo de recuperación se estancaron, pero las rentas del capital crecieron a ritmo saludable. Esto beneficia más a los hogares más ricos, y los más pobres quedaron estancados. En el texto decimos que ha sido una salida a dos velocidades de la crisis: los de nivel medio y bajo de renta no experimentaron crecimiento en la renta, y los de renta alta lo experimentaron por los ingresos que no provienen del trabajo.

Para corregir la desigualdad proponen medidas fiscales y de desconcentración del capital.

Las propuestas que hacemos están basadas en mucha literatura, no las sacamos de la chistera. Dependen de sobre qué queramos intervenir. Si queremos reducir el crecimiento desproporcionado de renta de los hogares ricos, habría que apuntar a redistribuir la carga fiscal. En la reforma fiscal de 2015-2016 se bajaron los impuestos a todo el mundo, pero más a los hogares más ricos. Esto contribuye al incremento de la desigualdad. Si queremos atajarlo, deberíamos apuntar a que la carga fiscal pase a estar un poquito más sobre los hombros de los más ricos y no tanto sobre los de la clase media y baja. Pero muchos autores lo citan como insuficiente por la elusión impositiva, y apuntan a intervenir no ya sobre la renta, sino también sobre la riqueza, con impuestos sobre el patrimonio y las sucesiones. Son dos impuestos que en España existen, no habría que inventarse nada, solo incrementar la carga impositiva. Y si lo que queremos es mejorar a los de abajo tendríamos gasto en sanidad, educación o el Ingreso Mínimo Vital, o mejoras en el salario mínimo, ayudas sociales a los hogares y políticas que prioricen el pleno empleo.

También hablan de políticas de planificación urbana.

La conclusión que parece más clara en base a la literatura es el reparto de pisos de protección oficial por todos los barrios de la ciudad, para evitar que se formen guetos.

Construyen un índice de segregación, para el que A Coruña da 7,72%. ¿Qué nos indica esto?

El índice sale de que medimos la desigualdad, y luego vemos si proviene de diferencias entre diferentes barrios, que implicaría una ciudad relativamente segregada, o si se da también entre barrios, con lo que sería relativamente homogénea. En el caso de A Coruña, el índice es 7,72%. Antes decíamos que entre las ciudades similares en tamaño y otras características, A Coruña está entre las que tienen más desigualdad, y aquí podemos decir, en cuanto a ciudades parecidas, que también está entre las que tienen más segregación. Valladolid y Oviedo están por encima, pero por debajo están Gijón, Santander, Vigo, con niveles más bajos. El caso coruñés no es particularmente alarmante, pero parecen signos de una tendencia incipiente que podría ser conflictiva a futuro.