El nuevo contrato entre el Consorcio para la Promoción de la Música y la empresa gestora del Palacio de la Ópera deja sin recorrido, al menos durante dos años, la posibilidad de que el Concello rescate la concesión del recinto cultural, una alternativa de la que empezó a hablarse desde hace casi cinco años, en el mandato de Marea, y que el actual Gobierno local ha descartado. El nuevo escenario contractual por el alquiler de la instalación ha puesto fin a un conflicto entre el Consorcio y la empresa Sociedad de Fomento y Desarrollo Turístico, del grupo Comar, y garantiza hasta julio de 2023 un alivio económico al organismo municipal, que pagará menos por el uso del Palacio y, gracias a una aportación económica de la Xunta, de 3,5 millones de euros, contará con fondos para desarrollar su actividad.

El cambio en la gestión del recinto, sede de la Orquesta Sinfónica de Galicia (OSG), fue una puerta abierta por el Gobierno de Marea que la concesionaria no mostró demasiada intención de abrir y que el Ejecutivo socialista ha decidido cerrar. Desde finales de 2016 ha habido conversaciones entre el Concello y la empresa y dos informes, uno técnico y otro económico, han dictaminado el alcance de lo que supondría que la administración municipal se encargase de gestionar el edificio. Las dos partes fueron discretas respecto a sus puntos de vista, tanto en los primeros años como en los últimos meses, cuando empeoró la relación a raíz del traslado de la OSG al Coliseum debido a la pandemia, motivo por el cual el Consorcio no pagó las facturas de gran parte de 2020. Hasta que a mediados de junio el Gobierno local admitió que no tenía previsto rescatar la concesión del Palacio de la Ópera.

Marea Atlántica lamentó esta semana que el Ayuntamiento desista de la gestión propia del recinto. “El nuevo contrato deja intacta la concesión vazquista, muy mala para el Concello, y sigue sin resolver los problemas estructurales del edificio”, se quejó el edil Iago Martínez. Al mismo tiempo, el gerente del Consorcio de la Música, Andrés Lacasa, admitía que el rescate de la concesión conlleva un mayor desembolso económico: “Nos encantaría una gestión pública del Palacio, pero implica un presupuesto más alto, no es tan fácil. Mientras la concesión se mantenga, el Consorcio y la empresa estamos condenados a entendernos. Si en el futuro se decidiese una gestión pública, nosotros encantados”.

Uno de esos informes encargados por el Concello para analizar el rescate de la concesión, de 2017, concluía que la reparación de las deficiencias advertidas en el Palacio de la Ópera en ese momento requeriría de una inversión estimada de más de dos millones de euros. El documento apuntaba patologías importantes y patologías leves, y aconsejaba obras imprescindibles en la cubierta, las azoteas y los sumideros que causaban humedades. En los años siguientes, la gestora se encargó de trabajos en el interior del recinto, pero aún no ha resuelto la concentración de gas radón ni problemas de humedades, algunos de los cuales asumirá el Concello, según el nuevo contrato.

El otro informe, de carácter económico y elaborado también en el mandato anterior, preveía beneficios económicos de ocho millones de euros en 25 años para el Concello si gestionaba directamente la instalación, a razón de 328.000 euros anuales. El documento tomaba como referencia los resultados de la concesionaria de 2012 a 2016, pero el Gobierno local socialista fue cauto al pronunciarse sobre el futuro de la concesión, que, tras más de un año de pandemia y superado el conflicto por el alquiler, se mantiene en manos del grupo Comar.

De acuerdo con el nuevo contrato, el Consorcio pagará a la gestora 700.000 euros por el uso del Palacio —los informes municipales que se trataron en la última junta de gobierno del órgano no incluían IVA y señalaban un coste de 576.000 euros—, un 45% menos respecto a las tarifas oficiales que pagaba hasta ahora. El anterior contrato se había firmado en 1992. La concesión es por 50 años, hasta 2039.