El Gobierno municipal del PSOE encara el diseño de los presupuestos del próximo año, tras renunciar a su elaboración y negociación en 2021. El edil de Facenda, José Manuel Lage Tuñas, ha firmado una instrucción para que los distintos departamentos elaboren sus previsiones de gastos para el próximo año y que las envíen al departamento antes del 23 de agosto en el caso de las concejalías y el 31 en el caso de entidades y sociedades dependientes como Emalcsa, el IMCE y los consorcios municipales. El pasado año esta instrucción ni se llegó a emitir. El Ejecutivo, en minoría, ha realizado las primeras tomas de contacto con los grupos de la izquierda. Hasta septiembre, a la vuelta de vacaciones, no se empezará a hablar de números, pero el Gobierno ha dado el primer paso para convencer a Marea Atlántica de que les apruebe las cuentas: habrá presupuestos participativos en 2022, que no se habían vuelto a convocar desde 2019, en el mandato anterior.

“Es un primer paso. Espero que la voluntad expresada por Marea de ser constructivos permita llegar a acuerdos que beneficien a la ciudadanía en diferentes ámbitos”, apunta Lage, que reconoce que una de las propuestas de Marea para abrir negociaciones era “acordar la recuperación de los presupuestos participativos”. La portavoz de Marea, María García, expone que se trata de una “buena noticia porque se recupera un derecho ganado en 2016” y porque se “respeta uno de los acuerdos para la investidura” de la alcaldesa, Inés Rey, que se incumplió el año pasado, según explican en un comunicado.

Con Marea Atlántica en María Pita y Xulio Ferreiro como alcalde, el Concello creó este programa para que los vecinos propongan obras y mejoras en la ciudad y, con sus votos, decidan a qué destinar parte del presupuesto. La primera convocatoria se lanzó en 2016 y se repitió en 2017, 2018 y 2019, cuando se hizo por última vez con un presupuesto de tres millones de euros. En aquel año, en mayo, el PSOE ganó las elecciones, pero el proceso de los presupuestos participativos se mantuvo. Cuando se eligieron las propuestas más interesantes y realistas, el Concello dio apenas diez días de plazo para votar, lo que fue criticado por la oposición.

En 2020, el Ejecutivo de Inés Rey los incluyó en el presupuesto, pero no llegó a ejecutarlo. Tenía una asignación de 2,5 millones de euros. Nunca hubo convocatoria. Alegó que lo hacía por la situación de pandemia y también por el retraso en la ejecución de las propuestas de ediciones anteriores. Los presupuestos participativos desaparecieron de María Pita, pero se realizaron en otros concellos de la comarca y en la Universidade da Coruña, que en 2019 convocó por primera vez este concurso con la finalidad de financiar proyectos culturales. Del programa municipal salieron actuaciones como la mejora del carril bici, la aplicación para pagar el billete de bus y las obras de la conexión peatonal entre O Birloque y Matogrande.

Sin nuevos presupuestos en 2021, tampoco se pudo ni proponer ni votar. Ahora el Concello está dispuesto a retomar esta iniciativa y destinar “cerca del 1% del futuro presupuesto municipal”, según Lage, es decir, 2,5 millones de euros. El edil de Facenda es “consciente de que queda poco tiempo” para realizar este proceso, y avisa que “las fases de participación y votación de los proyectos serán cortas por el calendario”. “Merecerá la pena”, añade.

Prioridad en gasto social

En la instrucción firmada por Lage Tuñas para que se inicie la elaboración de los presupuestos para 2022 figura también una serie de prioridades que el Ejecutivo tendrá en cuenta en el ejercicio. Atenderá con especial atención los programas de gasto que incidan en la proximidad y en el gasto social, en el que se dará continuidad a la renta social municipal. Se incluirán también las actuación de la estrategia DUSI y se buscará mejorar la eficacia y el funcionamiento de los servicios públicos. En las nuevas cuentas se dará prioridad al reajuste de las ordenanzas fiscales y la mejora de la gestión de la recaudación. Además, el Concello apostará por programas de fomento de empleo, turismo y pequeño comercio.