Redefinir los productos turísticos y reforzar el marketing de la ciudad, el conjunto de procesos para promocionar A Coruña. A estos objetivos debe apuntar la nueva estrategia de turismo que siga el Gobierno local, que desde esta semana nombrará oficialmente al nuevo gerente del Consorcio de Turismo, Moisés Jorge Naranjo. Las dos recomendaciones proceden de la persona que hace cinco años redactó el Plan Estratégico de Turismo de A Coruña, cuya vigencia duró hasta 2020. Iñaki Gaztelumendi, director de la consultora turística Verne, aventura que hasta al menos 2023 no se recuperarán sectores que hasta antes de la pandemia del COVID habían impulsado la actividad turística en la ciudad, principalmente los cruceros, los congresos y viajes de negocios y el turismo musical.

“Tenemos más certidumbre que hace un año, pero no mucha más. Eso nos obliga a actualizar los planes de turismo con el horizonte de uno o dos años, como hemos hecho en San Sebastián”, opina Gaztelumendi. El Ayuntamiento coruñés tiene entre sus planes diseñar de nuevo su propio plan, o por lo menos “darle una nueva orientación estratégica”, según aseguró la alcaldesa, Inés Rey, tras la destitución de la anterior gerente del Consorcio a finales de junio, Lanzada Calatayud.

¿Hacia dónde debe enfocar el Concello la política turística de la ciudad con un cambio inminente en su gestión? Sin querer entrometerse en la parcela que asumirá Naranjo, el autor del último plan de turismo coruñés apuesta por direcciones estratégicas que, más que traducirse en acciones concretas, apuntan a dinámicas generales: “Hoy hay que pensar en que los proyectos que eran útiles para los últimos tres años lo tienen que seguir siendo para los tres siguientes. A Coruña debería fomentar un turismo de consumo responsable, adaptado a las directrices de cambio climático, sostenible medioambientalmente y desde el punto de vista económico y social y que cree riqueza y empleo”.

Gaztelumendi prevé “dificultades a corto plazo” para que el turismo de cruceros y el sector MICE (congresos, incentivos, convenciones y eventos) vuelvan a impulsar la ciudad, aunque es más optimista respecto al “turismo de ocio”, estancias vacacionales cortas de visitantes nacionales, que cree que en 2022, “salvo sorpresas sanitarias”, recuperará los niveles previos a la pandemia.

“La capacidad de resiliencia y recuperación de A Coruña es extraordinaria”, concluye este profesional del sector. Aplaude la creación de un órgano público y privado como Convention Bureau, que atraerá congresos y eventos mediante el concurso de distintos sectores turísticos, y considera que el coronavirus “ha acelerado herramientas y procesos en marcha” que recoge el anterior plan de turismo y que necesitan un empuje, como el observatorio turístico y el estudio sobre la evolución del mercado o el funcionamiento de subsectores.

Inaki Gaztelumendi, que fue gerente de turismo de Santiago, elude la polémica suscitada respecto a la destitución de Calatayud en pleno verano y las críticas de Marea Atlántica al concurso para la selección del nuevo gerente, que el grupo considera “viciado, teledirigido, sin garantías y con unos plazos imposibles de cumplir”. “Los dos son excelentes profesionales. Lanzada no tenía una trayectoria tan acreditada en el área de turismo e hizo un buen trabajo, con entrega y compromiso. A Moisés Naranjo lo conozco de cuando yo estaba en Santiago y él en A Coruña. Su trayectoria es destacada en destinos como Benidorm y Fuerteventura. El conocimiento que tiene del territorio, aunque ha cambiado en los últimos años, es una ventaja”, opina.