Las previsiones de población y construcción de viviendas para 2021 que estableció en 2009 el Plan General de Ordenación Municipal (PGOM), que finalmente fue aprobado en 2013, chocan de forma frontal con la realidad. Un supuesto aumento continuo de la población servía de base para justificar la necesidad de 24.642 nuevas viviendas en la ciudad, cifra que supondría un 26% más de las existentes entonces, cuando entre 2013 y 2019, último año del que se dispone de datos, tan solo fueron 983 las construidas.

El propio plan reconocía que el de 1998 había calculado la edificación de 43.000 viviendas nuevas y que solo se levantaron 22.000, pero justificó esta diferencia por el “estancamiento” causado por la dificultad existente para la gestión de los suelos en los que puede construirse. El documento admitía además en 2013 la “retracción inmobiliaria” que se había producido a partir de 2008 por la crisis de la construcción, pero mantenía su previsión de viviendas al entender que seguía existiendo esa necesidad por el menor número de habitantes por cada una de ellas, especialmente en el centro de la ciudad, el alto número de viviendas vacías debido a que no son habitables hoy en día y a que muchas de las construidas son adquiridas como una inversión.

También los datos sobre la población son muy diferentes de los que había calculado en plan general. Frente a los 310.216 habitantes que el documento estima que habría este año, lo que supondría un aumento de 64.070 sobre los 246.056 que había en 2009, los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) contabilizaban a principios de este año 247.604, de forma que el crecimiento fue solo de 1.548 personas. Incluso si el dato se toma desde 2013, momento en que el plan entró en vigor, las cifras no mejoran, ya que el aumento poblacional se limita a 1.681 personas. Aunque el PGOM preveía un crecimiento anual de los habitantes del 2% anual que implicaría 4.004 en cada ejercicio, lo cierto es que se quedó en 210.

El secretario general de la Asociación Provincial de Promotores Inmobiliarios de A Coruña (Aproinco), Juan José Yáñez, considera que “las diferencias en los cálculos son muy habituales en los planes generales”, pero advierte que esta cuestión depende de su periodo de vigencia del plan general, ya que en principio es indefinida. También advierte de que se trata de previsiones a muy largo plazo y que resulta difícil decir qué va a pasar dentro de treinta años, en referencia a si va a continuar el éxodo poblacional de la Galicia interior a la costera o el actual de los cascos urbanos hacia el entorno metropolitano a causa de la pandemia.

Sobre este fenómeno destaca que hay un incremento del 40% en la demanda de vivienda unifamiliar, pero que en A Coruña solo se podrían construir en A Zapateira, aunque en O Portiño también hay una reserva para ellas pero el plan para ese sector está sin desarrollar.

“Sería raro que coincidieran”, opina por su parte Roberto Costas, presidente de la delegación coruñesa del Colegio Oficial de Arquitectos de Galicia, acerca de la relación entre las previsiones de los planes generales y la realidad. De acuerdo con su visión, no hay problemas porque no se cumpla la planificación elaborada porque “el urbanismo es un hecho vivo y se va adaptando a las circunstancias”, a lo que añade que la programación urbanística “tampoco ha de quedarse corta en la planificación del suelo y los plazos de ejecución”.

Yáñez advierte que la nueva Ley del Suelo de 2016 exige que los cálculos sean más realistas y que se están anulando planes por esta razón, como sucedió con el de Abegondo por parte del Tribunal Supremo porque preveía numerosas viviendas cuando en los últimos años había perdido población. “Tiene que justificarse muy mucho y teniendo en cuenta la evolución de los últimos años”, destaca sobre estas previsiones. Costas recuerda sobre el caso de Abegondo que su plan general había previsto un gran número de viviendas en suelo de núcleos rurales y considera que “había que poner coto a eso porque era demasiado lo que se preveía”. El portavoz de los arquitectos coruñeses indica que en Galicia se tiende ahora “a no plantear crecimientos excesivos porque eso da lugar a urbanismos más dispersos, cuando se debería buscar la concentración de lo edificado”.

Yáñez ve relevante que los hogares actuales tienen un menor número de componentes, por lo que puede darse la paradoja de que con menor población haya más necesidad de vivienda. “Nunca entendimos por qué en 2008 se decidió acometer la revisión del plan cuando quedaban más de la mitad de las previsiones del plan de 1998 por cumplirse”, señala sobre la elaboración de esa normativa urbanística, de la que dice fue “una decisión política del Gobierno de Javier Losada” cuando además estaba empezando la crisis inmobiliaria.

“No tenía lógica ninguna”, considera el portavoz de Aproinco, quien recuerda que en aquel momento aún no se habían desarrollado los suelos de O Portiño, San Pedro de Visma, el parque ofimático y varios de A Zapateira, ya que solo se habían puesto en marcha los de Novo Mesoiro y el parque de Eirís, al tiempo que el de Someso estaba empezando a gestarse.