El Concello de A Coruña se plantea la creación en el municipio de Zonas de Bajas Emisiones para responder a las exigencias sobre la calidad del aire. El proyecto prevé el control continuo de los niveles de gases contaminantes con el fin de tomar decisiones inmediatas que permitan dar una respuesta eficaz a situaciones de alta concentración, aunque la iniciativa parte de que el volumen de tráfico actual en la ciudad y sus condiciones atmosféricas hacen prever que esos fenómenos serán inusuales. A continuación se detalla en qué consisten estas zonas y cómo se articulará el proceso para su implantación.

¿Qué es una Zona de Bajas Emisiones? La Unión Europea obliga a todos los municipios con más de 50.000 habitantes a disponer de un Plan Local de Calidad del Aire, mientras que la Ley de Cambio Climático impondrá la creación de zonas de bajas emisiones. En España se estima que el 93% de la población está afectado por aire contaminado en niveles peligrosos para la salud y que en las ciudades este problema procede en un 60% de los gases generados por el tráfico. A esto se añaden las molestias generadas por el ruido, que en su mayoría también procede de la circulación de vehículos. Para evitar estas situaciones se plantea la creación en las ciudades de áreas en las que el volumen de las emisiones sea reducido mediante la aplicación de medidas que rebajen la contaminación cuando alcance unos niveles elevados.

¿Dónde se ubicaría en A Coruña? La propuesta del Gobierno local establece como límite de la Zona de Bajas Emisiones el interior del municipio a partir de la ronda de Outeiro, con un núcleo principal que se iniciaría en la ronda de Nelle en dirección al centro. Con esta delimitación, la mayor parte del casco urbano estaría incluido en la zona de control, mientras que el área de mayor densidad de tráfico quedaría en la calificada como su núcleo.

¿Cómo se controlarán las emisiones? El Concello dispone de una red de vigilancia de la calidad del aire formada por las estaciones de medición situadas San Pedro, Santa Margarita, Pablo Iglesias y San Diego, a las que pretende sumarse una en la Fábrica de Tabacos tras haberse desechado su instalación en la plaza de Pontevedra. También tiene acceso a los datos de las estaciones que la Xunta posee en Gregorio Hernández, As Lagoas y Agrela, por lo que dispone de una unidad de este tipo cada 4,5 kilómetros cuadrados, cuando en Madrid la proporción es por cada 26 kilómetros cuadrados. A ello hay que añadir los diez puntos de control de la contaminación acústica y la información que proporciona la Agencia Española de Meteorología gracias al convenio firmado con ella y los datos proporcionados por el Mapa de Ruidos de la ciudad.

¿Cómo se interpretarán los datos obtenidos? La monitorización de la información ambiental captada a través de las estaciones hará posible que sea sometida a modelos matemáticos que permitan aplicar no solo medidas preventivas, sino también las que sean necesarias para restablecer la calidad del aire. En las zonas de bajas emisiones habitualmente se recurre a limitar el uso de los vehículos de forma temporal o permanente para reducir la contaminación, pero la baja probabilidad de que se alcancen niveles altos en A Coruña hace que el Concello no incluya esta previsión por el momento.

¿Cómo se implantarán las nuevas tecnologías? El Concello colaborará con el Centro de Investigación en Tecnologías de la Información y la Comunicación (Citic) de la Universidade da Coruña para la puesta en marcha de los medios necesarios para la creación de la Zona de Bajas Emisiones. A esta iniciativa se sumará la digitalización de los sistemas de gestión del tráfico para mejorar su eficiencia y la creación de un nuevo centro de gestión de la movilidad que permitirá conocer al momento cómo se utilizan el espacio público, las zonas de carga y descarga, los túneles y la red semáforica.