En 1996, Carlos Núñez puso la música celta en primer plano con la publicación de A Irmandade das Estrelas, el primer disco del músico gallego y con el que vendió más de 100.000 copias. Tenía entonces 25 años, y ayer, con el doble de edad, el doble de bagaje y el mismo entusiasmo, llevó al público que se reunía en María Pita la música de A Irmandade das Estrelas (25 Aniversario), que ha publicado este año.

Y también fue protagonista el hombre que bautizó uno y otro disco. Al escenario se subió el literato Manuel Rivas, amigo personal de Núñez y autor tanto del nombre de su ópera prima como del texto fundacional que lo acompañó, y con el que ya ha compartido proyectos como una versión recitada del poema Amergín. El público aplaudió a estos dos autores que, con la música o con la palabra, han peleado para defender la cultura atlántica. El concierto de Carlos Núñez, que empezó a las 22.00 horas, es el penúltimo de los recitales de grandes nombres de este año. El jueves actuará a la misma hora James Rhodes.