Los dos únicos puestos de alimentación del mercado de Santa Lucía dejarán la instalación el próximo 31 de agosto. Al día siguiente uno de ellos reabrirá para continuar con su actividad fuera del recinto, a pocos metros en un local de la calle Inés de Castro; el otro, ni eso, su responsable se jubila. Otros tres puestos de ropa se reubicarán en la misma calle de A Falperra y también en Médico Durán. El traslado de estos negocios supondrá el fin temporal de la prestación de su servicio comercial en Santa Lucía, cuyo edificio se transformará en el centro de salud del barrio y compartirá espacio con un centro cívico y con el mercado, que se reubicará en el sótano.

Los placeros tenían que haber abandonado el mercado hace meses, después de que en abril y en junio el Concello requiriese a los responsables de los puestos que permanecían activos que los desalojasen tras detectar una inspección de la Consellería de Sanidade unas deficiencias sanitarias en el recinto relativas al protocolo contra el COVID-19. El Ayuntamiento atendió en mayo una solicitud de los placeros para prorrogar dos meses, hasta el 19 de julio, el plazo que se les había dado en principio para trasladarse temporalmente al exterior del mercado por el inicio de los trabajos para la construcción del centro de salud. Finalmente el plazo ha sido estirado hasta el 31 de agosto, para que los placeros tuviesen tiempo de finalizar la tramitación necesaria para cambiar de ubicación sin alejarse del barrio.

Lo que no saben los afectados es el tiempo que tendrán que permanecer fuera del mercado, puesto que los plazos de la intervención, cuya iniciativa se remonta al mandato del PP, son imprecisos. A finales de julio la Junta de Gobierno Local aprobó la propuesta de convenio entre el Concello y la Xunta para la ejecución de la obra, que aún debe ratificar el Servizo Galego de Saúde (Sergas) antes de que se inicie la licitación del proyecto de remodelación. Este paso durará un año y a continuación la licitación de las obras también requerirá de varios meses. Luego se ejecutaría la obra, con una duración todavía por determinar, por lo que habrá que esperar al menos dos años.

El diseño propuesto por la Xunta para el nuevo centro sanitario supone una ampliación de servicios respecto al centro actual en la calle Federico Tapia, con más consultas, despachos y salas de pediatría.