La aglomeración de consumidores en las aceras y en la calzada de la calle San Juan las tardes y noches de los domingos, una costumbre repetida desde hace años y que provoca molestias en vecinos del entorno que han denunciado este comportamiento a la Policía Local, obliga a los autobuses del transporte público a desviar su trayectoria fija en esos momentos del día para no tener que cruzar toda la calle. Este cambio no afecta a ninguna parada del bus urbano, ya que después de la que hacen las líneas 4, 6 y 6A en la calle San Roque la siguiente es la de la calle Orillamar. Sin embargo, el recorrido alternativo que cubren para evitar San Juan pasa por tres rotondas, cuyas características crean alguna complicación a los buses articulados, como es el caso de los de la línea 6.

Tanto el 092 como la Compañía de Tranvías conocen la situación recurrente de concentración de personas en San Juan desde hace tiempo ese día de la semana, por lo que han optado por modificar la trayectoria del bus por razones de seguridad. El cambio supone un leve retraso en las frecuencias pero se produce en un día, el domingo, en que hay menos circulación.

Otras fuentes consultadas apuntan que los conductores del transporte público han solicitado a Tranvías que los domingos retire de circulación los vehículos articulados de la línea 6 para que los buses puedan entrar y salir de las rotondas sin dificultades al maniobrar, como ocurre especialmente en la de la confluencia de la calle de la Torre con Baltasar Pardal Vidal. Las otras dos rotondas son las de la plaza de As Atochas y la del comienzo de la calle Orillamar.

Las mismas fuentes señalan que este desvío en la circulación no se repite todos los domingos, pero sí se produce cuando San Juan está saturada de clientes que consumen en las terrazas de hostelería, las aceras e incluso la calzada. La Policía Local es conocedora de esta situación por las denuncias constantes de vecinos y por su propio trabajo de control en la zona. Fuentes policiales admiten que la escasez de efectivos impide realizar una actuación más severa en el entorno como para tener que dispersar a la gente reunida e informaron a este periódico de que el próximo domingo movilizarán un dispositivo para controlar la actitud de los clientes y de los establecimientos.

Las quejas habituales trasladadas por los vecinos son por exceso de aforo, incumplimiento de horarios de hostelería, increpar a residentes, no usar mascarillas cuando no se garantiza la distancia de seguridad entre personas y actitudes como orinar y vomitar.